Si bien el hecho de que los niños empiecen a utilizar la mentira para evitar sentir estrés, vergüenza, alejarse de conflictos o llamar la atención, el psicólogo Matthew Rouse, expone en uno de sus artículos, que también puede ser por impulsividad o para probar una nueva conducta. Querer saber qué pasará si mienten y cuáles serán las consecuencias. Algunos menores mienten como herramienta de protección para no perder el cariño de sus progenitores, cuando puede haber un apego más inestable. Y otra opción, bastante común en una determinada edad, es mentir cuando sobre algo que le gustaría que ocurriera, por ejemplo “voy a tener un hermanito”.
Frente a una mentira los adultos generalmente responden con una sanción. Y es que no es solo un acto inapropiado, es también el traspaso del valor de la honestidad. El hacer ver a los hijos e hijas que las conductas tienen consecuencias es muy importante como herramienta de vida, y si la mentira se mantiene como acto sistemático, pasa a ser vital entender las razones. Sancionar no solucionará ni evitará la mentira en situaciones futuras.
En general los niños y niñas saben que mentir es algo negativo. Sus padres se lo han expresado de determinadas maneras y sin embargo, lo siguen haciendo. Comprender las razones será determinante para un cambio que solo se podrá hacer si los progenitores o cuidadores logran generar un vínculo en donde el niño/a se sienta seguro para descifrar su mundo interno vulnerable.
El modelo de honestidad que nosotros les entreguemos debe ser coherente y claro. Si ellos observan situaciones donde sus padres acuden a la mentira o les piden ayuda para que no digan algo o digan algo específico que no sea verdad, les estaremos creando una confusión en torno al concepto de mentira. Como adultos podemos pensar que a veces son necesarias las mentiras “inocentes”, sin embargo ellos/ellas no tienen el criterio requerido para diferenciar. Cabe preguntarse ¿hay mentiras inocentes?.
Como mamás y papás podemos hacer distintas cosas para trabajar este tema con los hijos e hijas.
-Es importante observar en qué situaciones mienten, si esto se repite o es algo más azaroso. Si no es al azar, habría que indagar e investigar qué hay en esos momento que lleva al niño mentir.
-Si la mentira ocurre con una determinada persona o varía.
-Si tiende a ocultar la información por omisión o crea una historia totalmente irreal.
-Si a pesar de ser descubierto/a mintiendo sigue manteniendo la mentira, se debe reflejar que estamos al tanto de su acción para luego reflexionar sobre lo ocurrido tratando de entender y sin enjuiciar.
-Es importante no estigmatizarlos como “mi hijo es un mentiroso”, “mi sobrina siempre miente”.
-Si la mentira es debido a una personalidad insegura y de baja autoestima que aparece en el contexto con los pares, probablemente lo haga para encajar. Por eso jamás se debe exponer esta situación frente a ellos con frases como “dices eso porque estás con los amigos”, “¿ustedes también les mienten a sus papás?”.
-Si nuestro hijo e hija tiende a utilizar la mentira, darle posibilidades para que pueda decir la verdad. Por ejemplo, “tengo la impresión que todavía no me has dicho todo”, “hablemos con la verdad para que te pueda ayudar”.
-Al hacer efectiva la sanción es importante mostrarla como una consecuencia del acto de mentir, no como algo externo. Explicar que mentir implica una decisión previa de hacerlo o no, eso ayudará a ir desarrollando la capacidad de discernir y tomar decisiones de manera responsable.
-Conversar con los hijos e hijas de manera preventiva, no solo cuando existan mentiras. Expresar la importancia de decir la verdad, porque ayuda a crear un puente de comunicación y apego. Esto debe ir acompañado con la revisión de nuestra manera de responder a la mentira, ya que si queremos que nos digan la verdad, no podemos caer en los gritos, retos excesivos y perdiendo el control. Esto será tomado como una amenaza por parte de ellos. El cómo y la asertividad que usemos frente a la acción de mentir definirá el éxito para trabajarla.
-Algo concreto que también puede ayudar frente una situación específica es que antes de preguntar por ella, les expresemos a los niños y niñas que necesitamos que nos digan la verdad de lo que preguntaremos.
-Darles un poco de tiempo para que piensen en sus respuestas y sientan la valentía de decir la verdad.
-Evitar las amenazas.
Josefina Montiel es psicóloga clínica. Instagram: @ps.josemontiel