Son, en promedio, cinco los años que nos distancian de la muerte con los hombres. Y es que ellos, según la Organización Mundial de la Salud, suelen vivir hasta los 69 y nosotras, en cambio, hasta los 74. Pese a que existen países en los que estas cifras logran equipararse –como Emiratos Árabes, Bahréin, Kuwait y Omán– Chile no forma parte de ellos. El último reporte de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), arrojó que los chilenos tienen una esperanza de vida de al menos 80 años y las chilenas de 85.
Para Andrea Slachevsky, neuróloga y subdirectora del Centro de Gerociencia, Salud Mental y Metabolismo de la Universidad de Chile, una de las razones de por qué vivimos más tiene que ver con un tema genético. "Hay varios estudios recientes que aseguran que el hecho de que las mujeres tengamos dos cromosomas iguales (XX), a diferencia de los hombres, quienes tienen dos diferentes (XY), podría ser un factor protector y que no es algo propio de los humanos, sino que se repite en cada especie. Al parecer, esto nos hace menos propensas a ciertas enfermedades genéticas o al efecto de cierta mutación", dice. Las hormonas también se relacionan con esto.
Según explica Slachevsky, en Corea del Sur realizaron un estudio en el que se demostró que los hombres castrados tienen una mayor expectativa de vida, la que supera en casi 19 años a los que conservan sus genitales; sin embargo, no está comprobado el efecto que tiene la testosterona en el deterioro del cuerpo. Lo que sí se sabe es que el estrógeno cumple con un rol protector. "El ciclo menstrual produce una aceleración del ritmo cardíaco, la que hace que el cuerpo de las mujeres se ejercite y eso evitaría ciertas enfermedades cardiovasculares. Aunque algunas no hagan deporte, gracias a esto el sedentarismo tiene menores consecuencias en ellas", cuenta la neuróloga.
Los hombres, además, representan un porcentaje mucho mayor de muertes a temprana edad por factores de riesgo. "No me atrevo a decir que esto tiene que ver por un tema biológico o cultural, pero ellos están mucho más expuestos a conductas de riesgo como deportes extremos o trabajos de fuerza que terminan matándolos antes de tiempo. Si bien la sociedad se los permite más, también es probable que por su fisiología sean más propensos a sentir interés por estas actividades. Creo que ambas cosas influyen", cuenta Andrea.
Quien no comparte esto es el geriatra Gerardo Fasce del Hospital Clínico Universidad de Chile y Clínica Las Condes. Según él, que las mujeres vivamos más tiene que ver con el cómo, históricamente, hemos cumplido con el rol de cuidadoras. "Cuando comienza el periodo de envejecimiento, la mayoría de las enfermedades crónicas tienen una mayor mortalidad en hombres que en mujeres. Y esto se debe a que generalmente son ellas más responsables de su salud y de la de otro. Ellos son los que reciben el tratamiento y ellas quienes se encargan de que lo cumplan. De hecho, está comprobado que el hombre casado o en pareja tiene una mayor sobrevida que el que es soltero o viudo", cuenta.
Se le denominan Zonas Azules a aquellas ciudades donde sus habitantes tienden a vivir mucho más que en el resto del mundo, superando los 100 años de edad. Son cinco en total: Cerdeña (Italia), Isla de Okinawa (Japón), Loma Linda (Estados Unidos), Península de Nicoya (Costa Rica) e Icaria (Grecia). Para Fasce que en estos lugares haya una mayor esperanza de vida se debe al reconocimiento que se le brinda a la tercera edad. "En general los viejos no son valorados en ninguna sociedad, pero en Cerdeña, por ejemplo, todos reconocen el trabajo de aquellos ancianos que suben y bajan diariamente cerros para cuidar las cabras del sector. Ese reconocimiento los mantiene activos y sanos porque saben que son importantes para su país. En Chile, las ancianas lo son mucho más que los hombres. Y es que como ellos culturalmente son vistos como una figura trabajadora, cuando jubilan dejan de sentirse útiles, en cambio las mujeres, siguen cumpliendo con su rol de cuidadoras y educadoras. Es por esto que en nuestro país los adultos mayores representan la mayor tasa de suicidios. Y es que si nosotros no los valoramos, menos lo harán ellos".