Los inicios de Bendito Teatro fueron como un taller extracurricular para alumnos del Altamira, uno de los primeros colegios integrados del país –que incluyen en su matrícula alumnos con discapacidad intelectual– en la comuna de Peñalolén. Los apoderados de ese colegio tuvieron la idea de montar una obra y para eso contrataron a un director e invitaron a tres actores profesionales a participar del proyecto, entre ellos estaba Carola. "Yo no hago clases de teatro, sino que monto obras porque ellos ya son actores en esta compañía". La directora es enfática en este punto porque cuenta que, con frecuencia, la gente le pregunta si es psicopedagoga o educadora diferencial. "Soy actriz, tengo una formación actoral muy fuerte y años de oficio. Esas son mis herramientas para dirigir. El funcionamiento de Bendito Teatro es el de una compañía. Por eso siempre les recuerdo que esto es una profesión y que aquí hay que trabajar con pasión y convicción porque si no, no resulta", explica.
Son las cuatro de la tarde y un grupo de actores de la Compañía Bendito Teatro espera paciente que abran la puerta de la sala de ensayo que ocupan hace dos años en Barrio Italia. Cuando por fin pueden entrar, el intenso sol de noviembre contrasta con la oscuridad de la sala, completamente negra e iluminada solamente con la luz tenue que llega desde el lobby.
Carola Carrasco (46) es actriz de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile y se ha dedicado a esta disciplina por más de 20 años. Hace 10 asumió como directora de la Compañía Bendito Teatro, en la que todos los actores y actrices del elenco son jóvenes y adultos –entre 18 y 40 años– con Síndrome de Down. El grupo de 13 actores se reúne tres veces a la semana durante todo el año. "Muchos de nuestros actores han crecido con la compañía, aunque también tenemos rotación. Siempre les digo que acá no puede haber nadie obligado así que si se cansan o tienen otros intereses pueden irse, pero la mayoría de las veces terminan volviendo al teatro", cuenta Carola.
La rutina de los ensayos es siempre la misma. Las sesiones de práctica duran tres horas y parten con toda la compañía reunida en centro de la sala. La directora y su asistente apuran a los actores que han llegado más tarde o que tienen un ritmo más pausado y se demoran en cambiarse de ropa. Los miembros de Bendito Teatro se conocen bien, hacen bromas y hablan de sus trabajos e historias fuera del escenario. A través de los años han formado lazos cercanos, pero saben que durante los ensayos debe primar la rigurosidad. "Partimos con media hora de training corporal y después hacemos una colación antes de empezar con la actuación. El training inicial lo dirige un alumno diferente cada vez y para eso vienen preparados con una rutina que planifican", explica la directora. El proyecto de Bendito Teatro funciona así, de forma colaborativa. Los temas que se abordan en las producciones surgen a partir de inquietudes del propio elenco y el equipo de dirección se encarga de buscar un hilo narrativo en torno a esas ideas. "Las obras son una creación colectiva. Todos los actores ponen ideas, traen textos, conceptos, imágenes, música. Y a partir de ahí vamos construyendo un relato. El resultado de todo eso es la obra que se estrena cada año. Hasta ahora hemos preparado y presentado diez montajes diferentes".
Si bien reconoce que el aprendizaje de los actores es un poco más lento, sabe que la constancia es la clave para sacar adelante un proyecto como este. La mayoría de los actores trabaja, además, fuera del teatro, y eso implica que "se levantan a las seis de la mañana y van al trabajo. Salen temprano para alcanzar a llegar a la hora al ensayo y almuerzan rápido acá en la sala antes de partir", explica. "Nuestras temporadas son de jueves a domingo y eso implica estar todo el fin de semana en el teatro: el vestuario y maquillaje demoran más o menos dos horas, después viene la función. Tenemos una vida teatral súper intensa y para eso necesitas tener mucha constancia".
Para Carola, todo este trabajo tiene grandes recompensas. Y es que a través de los años ha visto cómo el elenco ha ido desarrollando todo su talento. Cuando llegaron, algunos de los actores tenían la tendencia común en personas con Síndrome de Down de mirar al suelo, pero "ahora todos ellos te miran a los ojos. Eso habla mucho de quien eres, porque a través de los ojos uno puede transmitir cosas y conectar con otros. Son cambios sutiles, pero al mismo tiempo muy radicales y que se han producido gracias a su en la compañía", comenta. La directora sabe que parte de la magia del teatro ocurre sobre el escenario, pero tras bambalinas también pasan cosas impresionantes: "El teatro, sin querer queriendo, te ayuda a desarrollar todas tus habilidades y a enfrentarte con tus discapacidades porque trabajas con tu cuerpo, con tu voz, con tus pensamientos, con tu biografía, con todo".
Carola Carrasco (46) es actriz y directora de Bendito Teatro. La compañía entre el 17 y 26 de enero reestrena dos de sus producciones: "Unsale" y "Los Andes" en el Teatro iF de Barrio Italia.