"Los peces son amigos y los amigos no se comen", es la gran lección que saqué de la película Buscando a Nemo. Nunca tuve ni quise tener un amigo con ventaja, un "agarra-amigo" ni ninguna de esas relaciones ambiguas donde la amistad y la relación romántica tienen límites difusos.
He visto cómo amigos y amigas repiten estas dinámicas con diferentes resultados: a veces terminan cada uno por su lado y la amistad que existía no se ve afectada mayormente, mientras que en otros casos alguien termina herido o con ganas de tener mayor formalidad.
Cuando empecé a armar este tema, entré en pánico porque es algo muy distante a mi mundo, así que decidí preguntar por WhatsApp a mis amigas y amigos sobre sus opiniones y experiencias. Y me sorprendí, porque la mayoría tenía algo que contar. Por ejemplo, Francisco (32) empezó teniendo una relación de amistad con ventaja con su actual polola, con quien, incluso, hace poco compró un departamento. Claramente a él no le funcionó eso de poner límites o de "no pasarse rollos". Sí le había funcionado en una relación anterior, con una chica con la que después siguieron siendo amigos, sin problemas.
Paulina (31), en tanto, dice que en estas relaciones los límites son implícitos y que para ella no es necesario hablarlos. "Si te quieres juntar, bien, pero si la otra persona no quiere o no puede, no hay derecho a queja". Según cuenta, para ella lo más complejo es cuando los amigos con ventaja comparten en un mismo grupo, porque si uno de los dos quiere terminar la "relación", se puede volver un poco incómodo.
El académico de la Escuela de Psicología de la Universidad de Las Américas, Luis Pino, explica que este tipo de relación es una más de la diversidad de relaciones que existen, y que tienen que ver con la personalidad y la historia afectiva de una persona, entre otras cosas. "Al igual que como en cualquier tipo de relación, aquí lo central es que no hayan daños y que ambas partes lo pasen bien, independiente de que no se cumplan los estándares de relación impuestos por la cultura".
El psicólogo habla de la importancia de los límites, en cuanto "son las normas que van a estandarizar la relación". "Cada una de las partes deben consensuar el objetivo de este tipo de relación y establecer límites, como, por ejemplo, verse todos los días, una vez al mes o solo en los cumpleaños", explica. Y añade que, aunque suele ser lo más común, ser amigos con ventaja no implica necesariamente que sea una relación basada en el sexo. "Puede ser una relación amorosa, donde la ventaja o diferencia es que ambos se proporcionan escucha y se entregan cariño".
Diego Moreno es psicólogo y a través de su cuenta de Instagram semanalmente realiza "Putiencuestas", donde pregunta sobre la vida amorosa y sexual de sus seguidores. En promedio, por cada pregunta recibe 400 respuestas, y muchas veces quienes contestan ahondan en sus emociones y aventuras. "Por mi experiencia personal, y haciendo las encuestas, me doy cuenta de que la amistad con ventaja propiamente tal no existe", asegura. Y agrega: "a tus verdaderos amigos no los ves con esos ojos, porque cuando tienes una relación intensa con una persona que sabe todo sobre ti y tus sentimientos, tener algo informal se vuelve difícil".
Según Diego, la gracia de este tipo de relaciones es que no tiene las obligaciones que implican tener una pareja formal, pero siempre se corre el riesgo de que alguien se confunda. "Hay que tener los límites claros, porque hay personalidades para las que este tipo de relaciones es más fácil, mientras que a otras personas les cuesta mucho separar el sexo de una relación afectiva".
Por lo mismo, el profesor de psicología advierte sobre la importancia de que las reglas sean claras. "Si éstas son implícitas y yo asumo que el otro las entiende como las entiendo yo, probablemente alguno lo va a terminar pasando mal y cuando la relación termine van a decir que el error fue tener una relación de amigos con ventaja, cuando lo cierto es que el problema fueron los límites difusos".