El cáncer de mama es el tumor más frecuente en el mundo y se trata del crecimiento descontrolado de las células de la glándula mamaria. Solo el 15% de las mujeres con cáncer de mama tienen antecedentes familiares o mutaciones genéticas y, aunque se estima que 1 de cada 8 mujeres desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida, los números también dicen que 9 de cada 10 mujeres podrían sobrevivir a esta enfermedad si lo detectan precozmente y sin el compromiso de ganglios.
¿Cómo? Primero, con un autoexamen, herramienta de autoconocimiento del cuerpo que permite estar alerta a posibles cambios en las mamas, especialmente en mujeres menores de 40 años que aún no están en edad de realizarse la mamografía. Es importante saber que el autoexamen no detecta el cáncer de manera precoz ya que cuando se palpa algo extraño y el diagnóstico se confirma, el cáncer ya ha empezado a desarrollarse. Sin embargo, se recomienda realizarlo mensualmente desde los 20 años porque permite levantar una alerta en mujeres jóvenes que todavía no tienen indicación de realizarse una mamografía. Se debe hacer a partir de la primera regla, una vez al mes, 7 días antes o después del periodo menstrual.
Por otra parte está la mamografía, examen que sí permite detectar precozmente el cáncer de mama y que en menos de 1 minuto toma imágenes de las mamas, pudiendo detectar el cáncer en etapa inicial. Por ley tenemos derecho a medio día administrativo en el trabajo para realizarnos exámenes preventivos como este que aunque puede producir algunas molestias o dolor, es capaz de detectar lesiones milimétricas antes de que sean palpables.
¿Cuándo debemos preocuparnos?
Debemos estar atentas a diferentes señales de alerta y consultar a un especialista: si se detecta cualquier cambio en el tamaño o la forma de las mamas como un bulto nuevo en la mama o la axila (debajo del brazo); aumento del grosor o hinchazón; irritación o hundimientos en la piel; enrojecimiento o descamación; hundimiento del pezón o dolor en esa zona; secreción que no sea leche, incluso de sangre.
Conceptos importantes de integrar:
Ecotomografía mamaria: Examen que permite distinguir masas sólidas de las líquidas, así como detectar tumores que no son visibles en la mamografía cuando las mamas son muy densas. En la mayoría de los casos se utiliza como examen complementario a la mamografía y también puede ser utilizado como examen de control para menores de 40 años.
Resonancia nuclear magnética: Este examen se indica a mujeres que ya han sido diagnosticadas con cáncer de mama. Permite detectar otros tumores en la mama afectada o presencia tumoral en la otra. Se recomienda hacerla de manera anual a mujeres con alto riesgo de desarrollar la enfermedad por antecedentes familiares directos (padre, madre, hermanos).
Biopsia: Procedimiento que consiste en la extracción de una pequeña muestra del tejido mamario a fin de realizar un análisis de laboratorio pata identificar y diagnosticar posibles anomalías en las células que forman los nódulos mamarios, otras alteraciones inusuales, o hallazgos preocupantes o sospechosos que hayan entregado tanto la mamografía como la ecotomografía, despejando mejores alternativas de tratamiento.
Las fases del cáncer de mama:
- Estadio 0: son lesiones premalignas. Las células tumorales están localizadas exclusivamente en la pared de los lobulillos o de los conductos galactóforos.
- Estadio I: el tamaño del tumor es inferior a 2 centímetros. No hay afectación de ganglios linfáticos ni metástasis a distancia.
- Estadio II: el tumor mide entre 2 y 5 centímetros o tiene afectación de ganglios axilares.
- Estadio III: el tumor puede afectar a los ganglios axilares y/o piel y/o pared torácica muscular.
- Estadio IV: el cáncer se ha diseminado, afectando a otros órganos como huesos, hígado o pulmón.
Tratamientos:
- Cirugía: Procedimiento a través del cual los médicos extirpan el tumor de la mama y áreas cercanas comprometidas. Puede incorporar una extracción parcial o total de la mama.
- Quimioterapia: Consiste en el uso de drogas (productos químicos) para que las células cancerosas se destruyan así mismas. Estos tratamientos afectan a las células que se dividen rápidamente (no necesariamente solo a las células cancerosas), pero las células normales generalmente pueden recuperarse de cualquier daño inducido por sustancias químicas, a diferencia de las cancerosas, que terminan desapareciendo. Generalmente la quimioterapia se usa para tratar el cáncer que se ha diseminado o metastatizado porque los medicamentos viajan por todo el cuerpo. También puede utilizarse en casos donde el tumor es demasiado grande, con el objetivo de reducir su tamaño para posteriormente poder extirparlo vía cirugía.
- Radioterapia: Uso de rayos X u otras partículas con alta potencia para destruir las células cancerosas. Se puede aplicar de manera externa, desde una máquina fuera del cuerpo; o intraoperatoria, tratamiento con radiación que se administra usando un catéter en el quirófano.
- Braquiterapia: Procedimiento robotizado que permite administrar altas dosis radiactivas, específicamente en la zona del tumor, cuidando los tejidos sanos circundantes.
- Terapia Hormonal: Apunta a cambiar la producción de hormonas en el cuerpo para que células cancerosas dejen de desarrollarse o se eliminen por completo.
- Inmunoterapia: Uso de medicamentos para estimular el sistema de defensas de la persona para que reconozca y destruya a las células cancerosas con más eficacia. Es de las terapias más nuevas y, si bien ha dado buenos resultados en algunos casos, aún no está disponible para todos los tipos de tumores.