Paula 1155 Sábado 30 de agosto de 2014.
Chile es el sexto país del mundo en la producción de vino, con más de un millón de litros al año que se venden en Europa y Estados Unidos. ¿Pero qué sucede con los desechos que deja esta industria? Aquí, novedosas y sustentables ideas.
Revestimientos de barricas
Las arquitectas Paula Cortés y Gloria Gil crearon hace dos años Origen Tinto, una empresa de revestimientos de muros y muebles hechos con maderas de roble tostado, desechadas de las barricas de seis viñas chilenas. www.origentinto.cl
Huertos de corcho
Chile gasta 32 millones de dólares en tapones de corchos al año que se compran generalmente a España y Portugal. Para reutilizar ese material, la diseñadora Paula Corrales creó Corkit, un kit de huerta para el hogar con plantas en maceteros de corcho teñido y látex natural. Para cada uno se ocupan entre siete a diez corchos, que, además, funcionan como aislante térmico –lo que protege la raíz de la planta–, y tiene propiedades antibacterianas. Desde $ 5.000 por macetero. Pedidos a pcorralespaula@gmail.com
Pintar con vino
Reserva carménère. Eso usa la pintora Carmen Alcalde para sus cuadros que evocan paisajes y elementos naturales. Antes de pintar, concentra el vino y agrega agua para obtener distintos tonos en la pieza. Además de su valor estético, esta técnica es sumamente rendidora: con una botella, Carmen hace hasta 30 pinturas de 25 x 35 cm. acuarelas@carmenalcalde.cl
Cortasoles de racimos de uva
En Chile existen alrededor de 205 mil hectáreas de viñedos y, por cada una, se generan 0,75 toneladas de escobajo, que es el racimo que queda de las uvas. Ese material fue el que aprovechó la diseñadora industrial Valentina Ritchie para crear cortasoles o pérgolas que dan una sombra cálida y dejan pasar la luz de manera tamizada y única. Encargos y precios al mail vritchiem@gmail.com
Galletas de orujo
Hace un año que la diseñadora industrial Isabel Zenteno lanzó sus galletas Tintorujo, que elabora en base a orujo, residuo que dejan las uvas después de la vendimia. La gracia de las galletas es que el orujo hace que sean muy crujientes, con una textura especial y que conserven las propiedades antioxidantes del vino. Además, no tienen conservantes ni aditivos ($ 4.000 los 200 g). Facebook: Tintorujo.