La lactancia es tan importante para las madres como para los recién nacidos. Sin embargo, para muchas mujeres es normal que durante las primeras semanas de lactancia los pezones se vuelvan sensibles, ya que estos no están familiarizados con este estímulo. Por esto, saber qué cuidados requieren los pezones durante esta etapa puede ser importante para evitar futuras molestias.
Según especifica la matrona consultora de lactancia, Marcela Maturana, lo principal y fundamental en el inicio de este proceso es tener una correcta técnica, es decir, un buen acople como base para que el pezón este sano. El agarre o acople es la postura en la cual se posiciona la boca de los recién nacidos en el pezón para asegurar que se alimente bien y evitar que los pezones se dañen. “Cuando hay un mal acople es probable que exista dolor al amamantar. Luego es probable que aparezcan llagas en distintos grados producto del mal acoplamiento”, describe Marcela.
De esta forma, para el acople correcto, lo ideal es que el recién nacido tenga la boca bien abierta y el agarre comience desde la areola, no desde el pezón, ya que si se agarra desde este último es cuando los problemas aparecen. Ahora, si el pezón está sano, los únicos cuidados que requiere son mantener un lavado adecuado durante las rutinas de aseo en la ducha por las mañanas. Se deben lavar únicamente con agua y no aplicar ningún gel de ducha, ya que estos pueden eliminar los aceites naturales que producen las glándulas de Montgomery de la areola, las cuales se encargan de hidratar naturalmente a los pezones.
Cabe destacar que en el mercado existen productos hidratantes para pezones, pero estos son necesarios únicamente en caso de presentarse llagas o grietas que son producidas cuando hay un mal agarre u otras razones. “Cuando tenemos dolor en el pezón siempre hay que buscar la causa. La crema por sí sola nunca va a funcionar, si yo no corrijo el acople por ejemplo, ninguna crema me ayudará. Entonces tenemos que solucionar el problema de base”, concluye la matrona.