Paula 1207. Sábado 27 de agosto de 2016.
En un mundo aterrado por las guerras, las muertes, los refugiados, la migración se ha vuelto un holocausto ubicuo: sucede hace décadas en el paso por México desde el sur para llegar a Estados Unidos en busca de una existencia menos dura. Camiones cargados de muertos, trata de blancas, tráfico de órganos, crímenes atroces: los viajeros pierden toda dignidad y quedan a merced de custodios que parecen comandados por un mal sobrehumano –pero sabemos que es banal, ya no ideológico– o solo económico.
El escritor mexicano Emiliano Monge (1978) lo cuenta desde la doble perspectiva de una pareja de traficantes de humanos y el coro de desgraciados que transportan. La novela Las tierras arrasadas (Mondadori, 2015) parece seguir los múltiples casos que a diario se conocen en México –donde el Estado llega a crear una agencia para proteger a los migrantes de ser violentados y extorsionados por la policía–, hasta dar con una forma posible para entrar al entramado siniestro del negocio de la miseria.
Las escenas recuerdan tristemente las memorias del italiano Primo Levi, Esto es un hombre, el mayor texto de un sobreviviente del exterminio nazi. La crueldad rutinaria del captor y la completa indefensión del capturado se funden en un marasmo en el que ambos pierden su realidad. Las palabras se vuelven inhumanas ante la experiencia rota, pero los hechos siguen nítidos y campean sobre cualquier sentido. Monge va cercenando cada escena, intentando mantener la posibilidad _de las palabras, pero parece fracasar. Que los captores se enamoren es la triste prueba de su capacidad de sentir y de hablar.
El salvadoreño Óscar Martínez (1983) ha recorrido esas tierras arrasadas para reportear y dar con los personajes y lógicas que las manejan, como consta en el libro Los migrantes que no importan, publicado desde 2010 en varias ediciones –en México la última es de Surplus–; Verso Books lo acaba de lanzar en inglés. Fundador del legendario diario ElFaro.net, Martínez describe periódicamente al monstruo que ha creado el poder de las armas y el dinero: desde las políticas migratorias y comerciales de Estados Unidos –donde se origina la cultura violenta de las maras–, y el consiguiente círculo vicioso que se nutre con el narco y la pobreza que dominan a más de la mitad de la población.
Cada día miles de personas, en todas partes del mundo, parten en ese viaje. Otro libro publicado en México en 2012, se llama solamente Migrar, y fue hecho a mano con la técnica del amate por Javier Martínez Pedro, con el relato de José Manuel Mateo (Tecolote). Es el mejor homenaje a la gesta silenciosa digna de contarse, una y otra vez, para ver la continuidad histórica y colectiva de los que se desplazan por una vida mejor.