Algo de lo que se habla muy poco, pero que de verdad es muy importante, son las dinámicas de poder en las relaciones. Así al menos lo explica la psicóloga mexicana Maynné Cortés, creadora de Laboratorio Afectivo (@laboratorio_afectivo en Instagram), quien dice que establecer vínculos desde la necesidad de dominio y no desde la conexión emocional, puede generar insatisfacción e incluso violencia en nuestras relaciones. Y es que entender cómo funcionan las dinámicas de poder dentro de nuestras relaciones nos da la posibilidad de tomar acciones conscientes para cambiarlas.

¿Pero qué significa esto? Mayneé aclara que la distribución de poder en una relación está determinada por factores externos e internos. Esto quiere decir que las condiciones del contexto generan cierta distribución, pero también la manera en que las personas actúan dentro del vínculo es importante para establecer las dinámicas de poder. “Los factores externos son cosas como quién gana más dinero, a qué se dedica cada quien, el hecho de que haya una diferencia de edad significativa, entre otros, que terminan generando un desequilibrio en la balanza y por tanto, afectarán la distribución de poder en una relación”, explica.

Al mismo tiempo, esto depende de cómo aprendimos a relacionarnos. “Hay personas que aprendieron a establecer vínculos a través del dominio y no desde la conexión emocional, esto quiere decir que dichas personas constantemente van a estar tratando –incluso de manera no consciente– de obtener más poder y ponerse en una posición de ventaja frente a las y los demás”, explica la experta, y agrega que “en estos casos, los conflictos o desacuerdos se convierten en una oportunidad para minimizar o quitarle poder a la otra persona, en lugar de ser una oportunidad de crecimiento para la relación”.

Hay diversas razones por las que una persona busca tener ventaja en la dinámica de poder: puede ser, por ejemplo, la única forma en la que se siente segura, o una manera de lidiar con sus inseguridades o de sentir que la otra persona depende de ella y así entonces minimizar el riesgo de que la dejen, entre otras cosas. Pero más allá de que nuestros vínculos estén atravesados por todos estos factores, tanto externos como internos, solo el hecho de ser lúcidas y lúcidos para reconocerlos, nos permitirá formar conexiones más profundas y responsables.

Según la psicóloga, algunas estrategias nocivas para obtener más poder en una relación pueden ser: hacer sentir culpable o avergonzar a la otra persona por expresar lo que siente; humillar, asustar o intimidar a la otra persona; prometer cambios de conducta, pero nunca cumplir en la promesa; crear caos o conflicto para hacer ceder a la otra persona con tal de que el conflicto pare; o tratar de culpar a la otra persona por conductas o acciones que en realidad no son su responsabilidad. “Si nos damos cuenta de que esto es algo que hacemos, es importante que en lugar de juzgarnos nos demos tiempo y espacio para reflexionar por qué aprendimos a vincularnos así y de qué forma podríamos empezar a entrar más en contacto con nuestras necesidades para poder trabajarlas y comunicarlas directamente”, dice.

Y por otro lado, “si estás en una relación en donde sientes que constantemente invisibilizan o minimizan tus necesidades o emociones, es probable que estés en un vínculo en el que la otra persona está constantemente buscando el poder. También es importante ser conscientes de esto, porque sentirse humillada, invisible o sin mucho poder dentro de la relación, a la larga genera enojo, resentimiento e incluso depresión”, agrega Mayneé.

Y concluye: “La forma en que construimos relaciones impacta en el tipo de conexión que establecemos y el nivel de seguridad que podemos encontrar en ellas. Debemos reflexionar sobre qué mecanismos fuimos aprendiendo y replicando a lo largo de nuestra vida, así como los resultados que obtuvimos a partir de ellos. Si queremos construir una relación sana, segura y fuerte, tenemos que analizar primero desde donde la estamos construyendo. Si estamos cayendo en el uso de juegos de poder estilo: ‘te tardas en responder, pues yo me tardo el doble’, ‘hago como que no me importas tanto, aunque sí' o ’no me comunico de manera directa, solo con indirectas’, entonces estamos jugando a ver quién tiene el control y el poder en ese vínculo y no a cómo establecemos una conexión segura. Y dependiendo de lo que queremos, es exactamente cómo debemos actuar”.