Los juegos visuales de Andreas von Gehr

Mitad chileno, mitad alemán, Andreas von Gehr acaba de ser elegido como uno de los mejores artistas emergentes en Nueva York. Del 3 de mayo al 17 de junio expondrá For sale, en la Estación Mapocho, una muestra donde cuestiona a los medios de comunicación como articuladores y desarticuladores de realidades.

Hijo de un alemán llegado a Chile en los 60, desde un principio Andreas von Gehr (39) ha estado vinculado a ese país lejano, con una obra marcada por la historia pretérita de una familia que conoció solo a través de fotografías. Esa obsesión por los retratos terminó por componer el grueso de su trabajo, donde cada imagen es el fragmento mínimo de un mosaico que lo ayuda a recomponer su biografía. Un entramado óptico simbólico cargado de múltiples lecturas, pero que para Von Gehr tiene una función precisa: ser una cápsula del tiempo. "Busco conjugar pasado y presente donde diferentes momentos de la vida coexistan", explica.

En 2002, luego de haber egresado de Arte en la Universidad Arcis, expuso Re-Bio-Gehr en galería BECH de Santiago, una instalación compuesta por una centena de retratos enmarcados que escondían un doble propósito: mirados desde cerca cada uno contenía una pequeña imagen de su padre durante su infancia en Alemania, pero desde lejos, en conjunto, componían el gigantesco retrato adulto de esa figura paterna. Diez años después, en marzo pasado, fue invitado a exponer en la feria Scope, una de las exhibiciones de arte contemporáneo más importantes de Nueva York. En ese circuito su trabajo cada vez adquiere mayor notoriedad, luego de que el año pasado obtuviera la máxima distinción en la competencia Year in Review realizada por la organización internacional Artists Wanted, que cada año premia a los mejores artistas emergentes.

For sale en la Estación Mapocho

Von Gehr se apronta a exponer For sale en la Sala Joaquín Edwards Bello de Estación Mapocho, donde vuelve a trabajar sobre el concepto de fragmentos pero incluyendo otras disciplinas: la pintura y el montaje digital. En el

primer caso, fragmentos multicolores pintados con acrílico irrumpen sobre fotos del edificio Costanera Center como un ataque visual que critica las transformaciones urbanas. Mientras en otra de las piezas, muestra la clásica imagen de un manifestante alcanzado por un carabinero que, observada de cerca, revela que ambas figuras están construidas por diminutas letras repetidas que forman los primeros versos del Himno Nacional: "Puro Chile es tu cielo azulado, puras brisas te cruzan".