Cristián Farías

El periodista dedica sus números a la farándula y cuenta quiénes son las peor vestidas de la televisión y quiénes son las cinco mujeres más bonitas de las páginas sociales.




5 mujeres peores vestidas de la televisión

1. Cecilia Bolocco: cuando el rubio a lo Susana Giménez lo usan hasta Jennifer Warner y Amalia Granata y el escote hasta el ombligo queda como en los huesos, es hora de un cambio. Y urgente.

2. Vivi Kreutzberger: está bien ser la reina de la "entrevista profunda" a maniquíes y deportistas, la Oriana Fallaci del espectáculo, la sucesora de Don Francisco y la Oprah Winfrey de Canal 13. Pero también hay que parecerlo.

3. Pamela Díaz: la "fiera" de las pasarelas, el azote de la farándula, la perdición de las modelos rubias, la vengadora de las maniquíes futboleras se viste bien brillante y colorinche. Pero le falta. Ahora que vive en Chicureo está más recatada. Y fome.

4. Tonka Tomicic: tanta agua Evian y dieta sana y ropa de Sarika Rodrik traída de Milán y París para el Festival es poco arriesgado. Hasta Patricia Maldonado se vería bien con un Armani o un Versace o un Dior (o casi).

5. Kenita Larraín: la polera discotequera, el pantalón súper ceñido y el oxigenado con extensiones hasta la cintura está bien para Carla Ochoa o Daniella Campos. Pero no para la mujer que de verdad rompió los corazones de Ríos y Zamorano.

5 mujeres más bonitas de las páginas sociales

1. Rosita Parsons: con su cara de Isabella Rossellini de las pasarelas, es la única sobreviviente de las modelos de los años 90. Nadie supo más de Josefa Isensee. Ahora Parsons modela las tangas de Rubén Campos y hace publicidad para cremas de señora bien, igual que Uma Thurman.

2. Claudia Guzmán: tiene la piel blanca y los pómulos perfectos y el pelo muy negro. A la ex musa de Rubén Campos le ofrecieron irse a Europa a desfilar con los diseñadores top y no quiso. Se quedó para armar familia. Además, es casi tímida.

3. Pilar Jarpa: va al gimnasio, toma agua y come lechugas, sushi y verduras como ninguna. Y se nota. Tiene el mejor cuerpo de las pasarelas.

4. María Gracia Subercaseaux: con su enorme anillo de cuarzo, sus pulseras tintineantes y la mirada de gata y pose de niña de mundo. Hippie y chic.

5. Pilar Jorquera: la heredera de Mary Rose Mac-Gill. La Sonia Braga del papel cuché. Con sus jeans talla menos cero, sus pieles al viento y su sonrisa impecable. Glamour desde Santa Cruz.

3 ejemplos de doble estándar de la farándula

1. Casarse escondido en Tunquén, como Felipe Braun y María Elena Swett, culpar a los paparazzi y a la prensa rosa porque son últimos de desubicados, y después salir mostrando la casa y hasta el baño en las revistas de decoración.

2. Prometer, jurar, de rodillas y en el suelo que nunca, jamás en la vida, "saldrá una palabra de mi boca" sobre la vida privada. Y luego aparecer en el mismo programa contando detalles. Como Francisca García-Huidobro, cuando la patearon.

3. Salir en helicóptero de la clínica tras ser padres para refugiarse de los fotógrafos y, más tarde, ser fotografiados paseando con la guagua en brazos y revelar detalles como quién muda a la niña, como lo hicieron Pampita y Benjamín Vicuña.

4 modas entre los galanes, animadores y actrices de turno

1. La casa en Chicureo: el Beverly Hills de la pantalla chica. Felipe Camiroaga es uno de los fundadores, con su casona con perros y halcones. Luis Jara tiene su refugio. Giancarlo Petaccia soñaba con construir donde hasta los productores de matinales juegan al golf.

2. Cumpleaños con parrillada: pero hecha por mozos. Con catering al lado de la piscina en la casa prestada de Santa María de Manquehue. El asado con style. A lo Gonzalo Valenzuela cuando celebró sus 28 años.

3. Matrimonio exótico: en carretela a lo Antonia Zegers por los prados de Matanzas. O frente del mar, con imitador de Elvis Presley, a lo Pablo Mackenna. Siempre muy privado.

4. Ser chulo: ningunearse en pantalla y decir que uno es alcohólico y el otro impotente, a lo Amalia Granata y Alfredo Zúñiga, el marido de Paulina Nin. O mostrar a la geisha chilena pilucha y aplaudirla porque es "sincera".

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