Paula 1131. Sábado 28 de septiembre 2013.
La célebre periodista y escritora estadounidense, autora del perfil que inspiró la película El ladrón de orquídeas, dice a Paula que desde hace 40 años siempre tiene un perro a su lado. Escribe sobre ellos y su último libro es la biografía de Rin Tin Tin.
Susan Orlean pasó la niñez soñando con tener un perro y un caballo. Pero apenas logró permiso de sus padres para tener una rata llamada Sparky. Solo cuando ingresó a la Universidad de Michigan para estudiar Literatura e Historia pudo adoptar una setter irlandés a la que llamó Molly. La perra fue su compañera por 13 años, mientras Susan Orlean se mudaba de Portland a Boston y luego a Nueva York en busca de una carrera que empezó en 1976 en un pequeño medio llamado Paper Rose y que luego la llevaría a escribir para publicaciones como Rolling Stone, Vogue, el New Yorker y a tener sus libros adaptados al cine.
Cuando Molly murió de cancer, Susan Orlean pensó que no podría tener otro perro por el dolor de saber que era imposible pasar la vida entera con uno, pero diez años después, al conocer a su marido, John Gillespie, los dos adoptaron juntos a una springer spaniel llamada Cooper. Ella vivió nueve años y murió inesperadamente mientras Orlean escribía su último best seller, la biografia de Rin Tin Tin.
"El silencio amable y receptivo, el respeto de los secretos, la fuente inagotable de la atención. Esas características son de un perro, y las más finas cualidades de un terapeuta. Los perros, sin embargo, son más divertidos que los terapeutas, más tiernos, más queridos, y sin duda más admirables", escribió en su blog del New Yorker al recordar a Cooper. Cuando el libro de Rin Tin Tin fue lanzado en 2011, la escritora había adoptado a otra springer spaniel a la que nombró Ivy.
El entendimiento mutuo y mudo entre Susan Orlean y sus mascotas, fue esencial al escribir Rin Tin Tin. La esencia del libro es la relación de un hombre solitario con su perro que se hizo estrella de cine. Pero por detrás de la vida de Rin Tin Tin está también la historia del ascenso de Warner Bros gracias a este actor-perro cuando no tenían ninguna otra estrella, y también de por qué ciertos símbolos persisten en la cultura y otros no. "Rin Tin Tin es un perro nacido en 1918 que nunca se murió", escribe Orlean.
Poco después de haber nacido su único hijo Austin, hoy con 8 años, Susan Orlean se mudó de Manhattan a Hudson Valley y empezó a adoptar más animales. Primero dos gallinas de Guinea a las que llamó Prince Charles y Camilla, y una decena de vacas. Hoy divide su tiempo en la nueva casa de la família en Los Ángeles y Hudson Valley, donde su inventario animal cuenta con la perra Ivy, dos gatos, diez vacas, un pato, dos gansos, y dos pavos. "Algunos se murieron este verano, por eso tenemos menos que el normal. Los extraño a todos", dice Susan Orlean a revista Paula.
El deslumbramiento por la grandiosidad de las minucias y las narrativas ocultas detrás de una historia posiblemente sea lo que le atrae a Susan Orlean de los animales. Al fin y al cabo, ¿no serían los perros narrativas inconclusas que debemos completar usando la intuición? "Sí. Es como asistir a una película muda", contesta Susan Orlean. "Uno se proyecta tanto en los animales, que ellos se convierten en barcos para nuestra imaginación y nuestro deseo de contar historias".