Lupe Gajardo, una mujer de alto impacto
Escotes interminables en pecho y espalda, estampados floreados, siluetas vaporosas y ensoñadoras, brillos y plumas. Modelos de pieles de muñeca y peinados altísimos y voluminosos. Las 27 pasadas de la nueva colección otoño invierno 2017 de la diseñadora chilena son un manifiesto a la mujer y el poder de su belleza. Un manifiesto irónico que releva los clichés de la feminidad.
Paula 1229. Sábado 8 de abril de 2017.
El color rosado, las flores, el exceso de accesorios, los escotes y todo lo históricamente vinculado a lo femenino puso en juego Lupe Gajardo en su nueva propuesta. "Es una colección irónica, que tiene un humor rosado y negro, donde el estereotipo es llevado al extremo, al punto de romper con él", explica. Inspirada precisamente en la sobreabundancia del barroco, y haciendo uso de una variedad de telas tan diversas como sedas, lentejuelas y dénim, el otoño-invierno de Gajardo está cargado de vestidos de cóctel y de gala, trajes ceñidos de chaqueta y pantalón, polleras abiertas, larguísimas y vaporosas, jeans y chaquetas con aires destroyed.
María Antonieta
La reina francesa que amaba el lujo fue la referencia de los pelos que se vieron en el desfile de presentación de la colección. El equipo de Leonidas Hairdresser los mostró frisados en un enorme bulto hacia arriba y con aplicaciones de flores, plumas, encaje y brillo. El maquillaje, diseñado por Marcelo Bhanu, presentó pieles iluminadas, frescas y en tonos claros, como de muñeca de porcelana antigua. Para los looks de jeans, Bhanu pintó zonas de la cara, la espalda y los hombros de las modelos con una base al agua rosado pastel, usando una brocha sintética de rastro desprolijo.
En el pecho de una polera tipo musculosa de malla elasticada color piel, Gajardo sublimó en rojo la palabra "T-E-T-A-S", para luego pintarla con acrílico negro y bordarle lentejuelas y perlas de río.
Fue una de las piezas con las que la diseñadora abordó la censura que las redes sociales aplican respecto de las imágenes de pechos femeninos y la incomodidad que, según ella, provocan cuando son mostrados en público, ya sea cuando una mujer amamanta o viste una transparencia.
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