Macarena Salosny, presidenta de Inspiring Girls Chile: “Inspirar las vocaciones de las niñas es vital para generar cambios”
En 2017 viajó al Reino Unido con un objetivo: traer a Chile una organización que conoció por casualidad navegando por la web. Así nació Inspiring Girls Chile, un proyecto que busca, a través de charlas que dan mujeres de diferentes profesiones y oficios a niñas, impulsar sus intereses profesionales y laborales. Y de esta manera convertir también a las mujeres en referentes.
Cuando uno de los hijos de Macarena Salosny era pequeño, le llamaba la atención por qué su mamá había trabajado en la Fuerza Área. A sus 8 o 9 años, entendía que ese trabajo consistía en pilotear aviones y lanzarse en paracaídas, cosas que las mujeres “no hacían”. Por ese tiempo Macarena también leyó por primera vez que a partir de los 6 años las niñas comienzan a sentirse menos inteligentes que los niños, y le preocupó que su hija, la única mujer de cinco hermanos, pudiera sentirse así.
Mientras leía y estudiaba más sobre equidad de género e inclusión, se encontró con un video viral en el que mujeres visitaban colegios en el Reino Unido para contarles a niños y niñas sobre sus trabajos y profesiones. La iniciativa era de Inspiring Girls, una fundación internacional, con presencia en 28 países, que busca aumentar la autoestima y la ambición profesional de las niñas en edad escolar desde los 12 años. Así, Macarena se puso en contacto con ellos y en 2017 trajo la organización a Chile, gracias a la que han logrado impactar a más de 7.000 niñas a lo largo del país.
Con la ayuda de mujeres, de diferentes profesiones y oficios, visitan colegios vulnerables y rurales para dar a conocer sus historias y así incentivar los intereses de las niñas. “Estamos convencidas de que impulsar la participación laboral femenina apoya al crecimiento económico del país. No es que nuestra iniciativa sea bonita y tierna, sino que también tiene que ver con un factor económico. Queremos entregarles a las niñas oportunidades para que se den cuenta de que el hecho de ser mujer no las limita a ejercer cualquier carrera, y también mostrarles carreras que son muy bien pagadas, en tecnología, minería o finanzas, por ejemplo. Si les mostramos que las oportunidades están abiertas para ellas, podemos romper los círculos de violencia que genera la dependencia económica y, de cierta forma, alinear la cancha para que esa distribución sea más equitativa. Inspirar las vocaciones de las niñas es vital para generar cambios”, explica Macarena Salosny, presidenta de Inspiring Girls Chile.
Un círculo virtuoso
A través del área de vinculación corporativa se acercan a empresas para pedir su colaboración y contar con mujeres que puedan ser speakers, esa es una forma de reclutamiento. Pero a la iniciativa también han llegado mujeres que las conocen a través de redes sociales, por conversaciones con amigas o el simple boca a boca. Para Macarena es muy valioso que más personas quieran aportar a impulsar los intereses de las niñas y jóvenes a través de sus propios testimonios: “Asisten a nuestro curso de comunicación para mujeres líderes y referentes, y usan su tiempo libre para hacer este voluntariado personal. Me emociona muchísimo, porque no solamente las empresas deben tener esta responsabilidad de generar impacto en el entorno, sino que, como mujeres, como individuos, también tenemos una responsabilidad social personal de generar un legado y apoyar a las nuevas generaciones”.
El hecho de que mujeres se animen a contar su historia y su trayectoria laboral no solo beneficia a las niñas y jóvenes, sino que también impacta a las speakers en cuanto a su confianza y la resignificación de sus experiencias. A esa conclusión llegaron en Inspiring Girls por un estudio que hicieron el año pasado, donde midieron cuán significativo ha sido para las mujeres ser parte de un proyecto en el que son referentes para otras personas. “Las cifras nos indicaron que las mujeres que participaron de este estudio elevaron sus índices de autoestima y mejoraron sus capacidades de comunicación, además de su capacidad para reconocer el impacto que generan en el entorno. Esto es súper potente, porque significa que una mentora o speaker se suma a una comunidad, potencia sus redes de networking; ambas oportunidades para seguir creciendo. Incluso algunas de ellas después de esta experiencia deciden a postular a otros cargos dentro de su organización”, asegura Macarena.
Sus líneas de acción son: speed dating o citas cortas, donde niñas se reúnen con mujeres de un rubro determinado para conocer diferentes trabajos de esa área; y charlas temáticas en colegios y clubes sobre temas como liderazgo, comunicaciones, finanzas e innovación. “En el verano contratamos a una niña que participó en actividades de Inspiring Girls en 2020. Recién estamos cumpliendo la premisa de que algún día seremos compañeras de trabajo de las niñas que inspiramos. En los últimos años nos hemos convertido en un semillero de jóvenes talentos, de niñas súper potentes que están sacando la voz y también de mujeres que, al resignificar su historia, al darse cuenta de que pueden dejar un legado, se les reconoce como referentes”, dice Macarena, y destaca a algunas jóvenes que han sido alumnas de Inspiring Girls y que ahora también son referentes y líderes, como Valentina Muñoz (Chica Rosadita), Elisa Torres y Millaray Gómez.
Las actividades de Inspiring Girls en colegios son gratuitas y mixtas, aunque hay algunas exclusivas para niñas. A pesar de que ha sido una iniciativa bien recibida, hay colegios que no siempre están tan abiertos a este tipo de acciones. “Muchas veces es porque significa más trabajo para ellos, porque les desordenamos el horario o porque piensan que para qué vamos a ilusionar a niñas de una comuna pobre. Si un director o directora, o su equipo docente y administrativo, piensa que porque esas niñas vienen de una comuna vulnerable no pueden optar a más, les están restando futuro. Es importante hablar de eso. Si el equipo no piensa que esta de verdad es una posibilidad potente, ni siquiera van a abrir las puertas del establecimiento”, dice Macarena.
¿Cómo las reciben los niños y niñas en los colegios?
Hay dos grupos de jóvenes: uno nos reciben con cierta apatía, como diciendo ‘y estas señoras a qué vienen’, y hay otro grupo que reacciona como si viniera la Mujer Maravilla a visitarlos, porque no tienen esas referentes en su círculo de influencia más cercano, sobre todo cuando vamos a colegios más vulnerables, donde es más baja la participación laboral de mujeres adultas o donde sus empleos son más precarios. Muchos les preguntan a las speakers qué hacen con su plata, y cuando se dan cuenta de que pueden tener una vida próspera es impactante para ellos, porque ven a una mujer que se desenvuelve bien y que puede tomar decisiones, que no pide permiso ni plata a alguien para hacer sus cosas. Pasan desde el escepticismo a la admiración.
Lo que hacen también es una forma de activismo.
Como organización no somos radicales ni adoctrinamos a nadie. Los padres, las madres y los cuidadores saben que es un espacio seguro donde vamos a potenciar las habilitades y los talentos de las niñas. Nos damos cuenta de que el activismo también puede centrarse en la educación y generar este impacto social mediante acciones concretas, como donar parte de tu tiempo, donar parte de tu influencia. Las mujeres que se vinculan a nuestra iniciativa no solo donan su tiempo, sino que también son multiplicadoras de nuestra causa al compartir nuestras acciones en redes sociales.
Un reflector para historias de otras mujeres
El trabajo que ha hecho con la fundación ha estado inspirado por la historia personal de Macarena. En 2012, después separarse de su pareja, comenzó a instruirse en temas de equidad de género, inclusión y empoderamiento, además de certificarse como coach. Después de diez años sin trabajar, entró al área de marketing de la Fuerza Aérea, donde se enfrentó a sus propios miedos y al síndrome de la impostora. “Siento que hasta el 2012 pude haber sido una sombra, porque no aprovechaba mi potencial. Me llama la atención darles voz a las mujeres, porque hay muchas que nos silenciamos. Dudaba mucho acerca de mi trabajo en la FACh después de haber pasado tanto tiempo sin trabajar. Eso les pasa mucho a las mujeres que tienen hijos y que luego quieren reinsertarse en el mundo laboral”, afirma.
Cuando Inspiring Girls ya llevaba casi cinco años funcionando, Macarena fue por primera vez speaker en un colegio. No fue algo que haya planeado, sino que se dio porque faltó una de las oradoras. “Me considero a mí misma como un reflector para las historias de otras mujeres. Siempre me había encargado de hacer la promoción y coordinación de los eventos. Me senté en una mesa y hablé por primera vez con las niñas. Tenía que vencer a mi propia impostora. Muchas mujeres piensan que no están listas, que falta mucho camino por recorrer para tener la historia perfecta para contarles a las niñas, pero el hecho de mirar a una joven a los ojos y decirle que puede lograr lo que se proponga, por lo que esté dispuesta a luchar, ya es suficiente. Sin abordarlo desde un positivismo tóxico, por supuesto, sino entendiendo que hay desafíos y que en el camino se aprende de ellos”, asegura Macarena, quien en simultáneo dirige Inspiratoria, una consultora que impulsa programar corporativos con enfoque de género para empresas que están interesadas en potenciar las habilidades de comunicación y liderazgo de mujeres y hombres.
Sobre el interés de las empresas por optar a mejoras en cuando a equidad, Macarena sostiene que “hay una marcada diferencia cuando la persona que lidera las áreas de vinculación, inclusión, sostenibilidad o el área de personas, está comprometida con una causa. Se nota muchísimo cuando quien va a tomar las decisiones sobre estos temas tiene interés por movilizar a la empresa, porque está convencida del mensaje y del poder de los cambios”.
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