CASO REAL 1: Edmundo irrumpe violentamente en las puertas de Chilevisión mientras su mujer, Francoise Perrot –quien lo ha demandado por violencia intrafamiliar– está al aire en Primer Plano. Ella llama por teléfono pidiendo ayuda y llega Carabineros hasta el estudio de TV. ¿Un exceso de las fuerzas de Orden?

Carabineros inocente. Vi el programa y había temor de que él fuera a agredir a su esposa, supuesta víctima de violencia intrafamiliar. Carabineros cumple una función intachable y en ese contexto es incuestionable su desempeño. Y si hay una denuncia previa es el procedimiento que corresponde. Ridículos son los arranques de estos personajes que llevan a lo público sus vidas privadas. Patético.

CASO REAL 2: Raúl Ruiz estrena su peculiar montaje Amledi el tonto, a partir la saga nórdica que inspiró el Hamlet, de Shakespeare. Dura tres horas y está plagada de chilenismos. Confundidos y ofendidos, varios espectadores se retiran de la sala.

Ruiz inocente. Si, en calidad de público, te enfrentas a un desafío artístico debes entregarte e intentar entender. Si dura tres horas es porque existe un motivo del autor y hay que encontrarlo. Es la única manera para poder decir si me gustó o no me gustó. No siempre hay que creerle a los críticos. Mejor formarse una opinión propia.

CASO REAL 3: Don Francisco enfrenta una demanda de paternidad, el caso se filtra y el abogado demandante da entrevistas a los medios.

Don Francisco es inocente hasta que se pruebe lo contrario. Sin embargo, cualquier persona que tenga dudas respecto de su identidad y origen tiene el derecho de reclamar el reconocimiento del supuesto padre. Pero no me parece apropiado hacer público un tema tan íntimo.

CASO FICTICIO 1: Golborne gana las elecciones de 2014 y en su primer discurso como presidente electo no menciona a Piñera. Dolido, Piñera tuitea "Es un mal agradecido".

¡Golborne culpable! Sería un mal agradecido si no reconociera a quien lo llevó al servicio público, desde donde ha podido demostrar sus cualidades intelectuales y humanas, y darse a conocer. Angelito para Piñera.

CASO FICTICIO 2: El Presidente Piñera es recibido por el Presidente Obama y en una cena de gala frente a cientos de invitados, al momento de brindar por su anfitrión, sufre uno de sus lapsus y lo llama "Ossama".

Inocente. Le recomendaría salir del paso con una gran carcajada que descomprima la tensión y luego pedir disculpas culpando a los nervios, la presión o el jet lag. Cero gravedad.

CASO FICTICIO 3: Es el 2014. Bachelet lidera las encuestas, la Concertación le propone ser candidata presidencial, pero ella revela que un empresario árabe le ha robado el corazón y que se

radicará con él en Dubái. "Mujer tenía que ser", comenta un prócer de la Concertación.

Bachelet inocente. Todo tiene su momento y ella ya fue nuestra primera Presidenta. Tiene derecho a evolucionar, a hacer lo que quiera, a plantearse nuevos desafíos y, por supuesto, a enamorarse.

CASO FICTICIO 4: En una comida familiar un ministro comenta: "Este cargo me tiene chato". Un sobrino teen graba el comentario con su celular y, feliz como una perdiz, lo sube a su facebook. Estalla escándalo mediático.

¡El sobrino a una correcional! Igual, en ese cargo, no puedes comentar algo así ni en privado. Demasiado riesgoso. A lo más, se lo dices a tu pareja.

CASO FICTICIO 5: Carolina Tohá y Fulvio Rossi se reconcilian. Él renuncia al PS y emigra al PPD. Sus ex compañeros de partido no pierden oportunidad de catalogarlo de traidor.

Inocente. Lo digo por el simple hecho de que veo imposible que se cambie de partido y traicione sus convicciones políticas. Lo conozco desde su época de presidente de la FEUC. Por lo tanto, difícilmente puede ser tratado de traidor.

CASO FICTICIO 6: La justicia libera a Juvenal Pérez Gómez, un preso culpable de robo con violencia, debido a que sufre la enfermedad de Parkinson, es difícil que vuelva a delinquir y dejarlo libre es

más barato para el Estado.

El Estado es culpable. A pesar de que el sueldo mínimo en Chile es cercano a los 170 mil pesos y que mantener a un preso cuesta más de 300 mil mensuales, el Estado debe velar por la seguridad y asumir los gastos médicos de sus presos. Una enfermedad no libera a un reo de su condena.

CASO FICTICIO 7: Un programa de farándula en TV destapa el affaire de un político casado y, a partir de esta infidelidad, se cuestiona su idoneidad como líder de opinión.

Inocente. Aunque sea un personaje público, la infidelidad es un tema privado.