Natural, espontáneo y con un cuidado desprolijo. Esos son los tres principales adjetivos que describen esta tendencia de maquillaje cuyo que busca es no revelar ningún tipo de esfuerzo.

Detrás de este “mágico” resultado sin duda que hay ciertos protagonistas. Y es que esta tendencia, en la que las imperfecciones y rasgos propios de cada cual son bienvenidos, busca parecer como si estuviésemos de cara lavada, pero lo hace contemplando ciertos colores neutros dentro de una paleta acotada que se mueve entre los rosas y los tierra.

“Lo principal es que la piel se tiene que ver natural, pero hidratada e iluminada. Para lograr esto se deben dejar de lado todas aquellas bases espesas o pesadas que dejan un aspecto poco natural y acartonado. Recomiendo elegir cremas hidratantes y algún blush en tonos rosados. Los más cremosos son más fáciles de difuminar sobre los pómulos. Hacerlo con los dedos”, dice la maquilladora Jacinta Molina.

Si bien los colores llamativos quedan afuera de esta tendencia, tampoco de trata de no resaltar partes de la cara como los ojos y la boca, algo sumamente factible de hacer sin abusar del color. “Para los ojos las sombras de algún tono tierra suave. Aplicarla a lo largo de todo el párpado y luego elegir una más oscura para dar mayor profundidad. Difuminarla desde la mitad del ojo y hasta el borde externo”, recomienda la maquilladora, quien agrega que un buen complemento para los labios son los bálsamos. “Pueden ser de un rosado transparente o también en tonos más cobrizos o nude”.