Marant para todo el mundo
Este jueves 14 de noviembre se pone a la venta en Chile y en todo el mundo la esperada colección de Isabel Marant para H&M, con ropa de mujer, hombre y niños. Revista Paula fue el único medio chileno invitado a París para conocer, tocar y probar las prendas, zapatos y accesorios, y asistir a una fiesta para celebrar a la diseñadora francesa. Aquí, en entrevista exclusiva, Marant cuenta qué le interesa de la moda y explica los fundamentos de su propuesta para el gigante sueco.
Paula 1134. Sábado 9 de noviembre 2013.
Este jueves 14 de noviembre se pone a la venta en Chile y en todo el mundo la esperada colección de Isabel Marant para H&M, con ropa de mujer, hombre y niños. Revista Paula fue el único medio chileno invitado a París para conocer, tocar y probar las prendas, zapatos y accesorios, y asistir a una fiesta para celebrar a la diseñadora francesa. Aquí, en entrevista exclusiva, Marant cuenta qué le interesa de la moda y explica los fundamentos de su propuesta para el gigante sueco.
Isabel Marant (46 años) es una sonrisa permanente. Al tennis club de paris, donde se realizó la fiesta para celebrar su primera colección para H&M, llegó con su habitual sonrisa y su habitual pelo tomado de acabado desprolijo, que bien resume su noción de estilo; pantalón corto de cuero, que dejaba ver las piernas de una mujer deportista, y chaqueta. Saludó con naturalidad a conocidos y anónimos, disfrutó del momento. Isabel Marant está en la vereda opuesta del diseñador afectado e inalcanzable.
Horas antes la prensa especializada conoció en el hotel Westin Paris-Vendôme cada una de las piezas que conforman su colaboración para H&M. La ropa, los zapatos y los accesorios para mujer, hombre y niños que solo podrían haber sido conceptualizados por Marant. En cada prenda está la diseñadora con fama de creadora de comodidad, ropa para armar un clóset tan funcional como estiloso. Antes de la fiesta Marant respondió las preguntas de Paula.
¿Qué te interesó de la moda como para que se convirtiera en tu trabajo?
Me interesó la moda no por el glamour, sino porque vi en ella una herramienta para expresar mi rebeldía. Cuando era adolescente comencé a customizar mi ropa, pensando ya entonces que la ropa es un medio para mostrar quien eres. Me gustaba el estilo masculino, esa cosa tomboy, y partía al colegio vestida con mi ropa típica, pero en la mochila llevaba lo que me gustaba para cambiarme en el camino. A mis compañeros les encantaban mis looks, entonces tempranamente descubrí que era posible que la creatividad se transformara en un negocio. Igual, solo cuando entré a estudiar Moda descubrí que esto podría ser un trabajo permanente.
¿Cómo explicarías el espíritu de tus creaciones?
Creo que soy parte del mismo grupo de diseñadoras que Sonia Rykiel o Coco Chanel, cuyo objetivo fue vestir a las mujeres de su época. No soy buena para crear fantasía, lo que me interesa es la realidad. Mis diseños son fáciles de usar y te dan cierta actitud. Me gusta crear un look que parezca desprolijo o no totalmente producido. También me gusta darle un toque étnico a mi ropa y creo que mi estilo multicultural es esencialmente parisino. Incentivo a mis clientas a que combinen mis creaciones con lo que deseen.
¿Qué tiene tu trabajo de Francia y qué de otras culturas?
Mi estilo relajado que es muy propio de París. Me interesa lo hecho a mano, los bordados y estampados que te trasladan a otras culturas. Estoy convencida de que es el mix de distintas prendas y estilos lo que lleva a lograr un buen look.
¿Qué fue, en particular, lo que te interesó desarrollar en esta colección?
Me motiva vestir a la gente real y esta colaboración me da una gran posibilidad para lograrlo, para compartir mi visión de la moda con nuevas audiencias. Imaginé un clóset basado en el mío, con mis prendas más icónicas, y las reinterpreté según las tendencias actuales.
*La cobertura de la presentación de la colección de Isabel Marant en París fue realizada gracias a una invitación de H&M.
Síndrome IM
Por Nina Mackenna
Marant ha creado una marca de sí misma. Y quizás sin quererlo ha hecho de su logo un sinónimo del nuevo look parisino. Un look anclado en los códigos del "nonchalant", término que representa un cierto descuido, indiferencia e ideal de lo inacabado en el aspecto final. Pero es su propio estilo el que está vendiendo. Sus obsesiones, una manera simple de entender la vida y su visión certera y sencilla para clasificar la elegancia. Marant sabe que quienes son verdaderamente elegantes aprenden tempranamente qué es lo que les queda bien y se visten toda la vida de la misma forma. Es su modo o "mood" lo que la hace tan interesante. Siempre sonriente, casi sin maquillaje, el pelo entrecano y tomado muy casualmente, limitando en lo desprolijo, fumadora de Marlboro sin culpa, y jamás desmedidamente producida para ninguna ocasión, IM es la mejor embajadora de su marca, y de un estado de ánimo. Un estado de ánimo muy deseable, en el cual el relajo que produce vestir esos looks nada pretenciosos (callejeros, casuales, de sweaters oversize, blusas vaqueras y polerones con mini, etc.), se traspasa al espíritu y tiñe el humor. Marant es la culpable directa de varias invasiones de tendencias que en la calle suenan a conquistas del streetwear y no cuadran para nada con el ideal aprendido que tenemos de la elegancia parisina.
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