Marco Enríquez-Ominami: Reincidente
A más de un año de las próximas presidenciales, MEO ya se lanzó de nuevo como candidato. Con una pila inagotable para recorrer Chile y promover sus ideas, solo flaquea cuando constata el poco tiempo que le queda para estar con sus hijas y su mujer, Karen Doggenweiler.
Paula 1107. Sábado 27 de octubre 2012.
¿Cuál es el defecto que más deploras de ti mismo?
La gordura.
¿Qué pasó? Recuerdo estuviste haciendo artes marciales…
Me empecé a latear porque terminábamos conversando con mi instructor.
Claro, a un candidato presidencial dan ganas de preguntarle muchas cosas….
Sí, es como cuando vas al doctor y te pregunta por tu vida y lo que quieres es que te revisen el estómago, no que te revisen el alma.
¿Cuántas veces has recurrido al sicólogo o al siquiatra?
Durante 20 años hice terapia. Hace mucho tiempo que lo dejé.
¿Sicoanálisis?
Sí, de todos los tipos: Lacan, Freud, el que quieras.
¿Lo terminaste? Hay gente que no lo termina nunca.
Fue importante. Nunca pongo por delante lo que ha sido mi historia, pero la verdad es que cuando te matan al padre, te separan de tu hermana, cortan en pedazos a dos tíos tuyos, desaparecen a otro, torturan a tus abuelos y te echan de un país, tú me concederás que hay unas cuantas preguntas que hacerse. No era tan fácil para mí superar esta historia y creo que parte de la alegría con la que logro vivir hoy, ha sido por la terapia.
Y de adolescente, ¿eras más rabioso o siempre tuviste esta apertura a hablar y discutir?
No. Hay un proceso de maduración. Al principio era un poquito más reactivo, de hecho me dediqué al cine y me rebelé contra la política. Entré tarde, recién a los 32 años.
Nunca te he visto enrabiarte ahora de candidato, cuando se habla de derechos humanos, de los que murieron del MIR…
Llegué muy rápido a la conclusión de que en Chile no vamos a llegar a "un" acuerdo respecto a nuestra historia. A diferencia de Europa donde el nazismo fue condenado oficialmente, y donde echan a un animador de televisión si hace una broma con lo que ocurrió con el pueblo judío. Aquí no es así. Aquí hay animadores que hacen apologías de Pinochet. Entonces frente a esa realidad yo tenía dos caminos: o me niego a usar Chilectra que era propiedad de Yuraszeck, otro pinochetista, me niego a ir a ver a la U, que es mi equipo, y que hoy día preside el mismo Yuraszeck, y le traspaso a mis hijas todas las broncas, o vivo en este país tal como es. Decidí construir un proyecto, que significa derrotar a los
ultra conservadores y en la medida de lo posible hacer justicia; no en la lógica de venganza, sino de justicia.
¿Cómo es un día de ocio ideal para ti? Eres hiperkinético y me cuesta imaginarlo.
Es tener tiempo para leer y estar con mi familia, simple. Ah, y mucho canal Sony que debo confesar lo disfruto mucho.
¿Las series son tu vicio?
Seinfeld, me fascina.
Y para calmar el nervio qué prefieres: ¿sexo, pisco sour, shopping o el deporte?
Sexo y chocolates
¿Hace cuánto tiempo fue la última vez que hablaste o viste a Michelle Bachelet?
Tres años.
¿En algún momento fuiste cercano a ella?
Nunca. Lo que pasa es que mi familia es muy cercana a su familia y mi padre era muy cercano a ella. Pero yo no tengo que ver con esa relación, es una historia heredada.
¿Cuántos años de matrimonio llevas?
10, casi.
¿Pasaste por la comezón del séptimo año?
No, para nada.
¿Cuál ha sido el momento más difícil de este matrimonio?
Cuando la Concertación trató de vengarse respecto de mi aspiración tratando de echar a la Karen de TVN, eso fue muy duro.
"Mi día de ocio ideal es tener tiempo para leer y estar con mi familia, así de simple. Ah, y mucho canal Sony. Debo confesar que disfruto mucho de las series: soy fanático de Seinfeld.
¿Crees que fue por ti?
Salió en la prensa, lo reconoció todo el comando públicamente. Fue un escándalo, acuérdate. De Andrés Velasco no escuché ni una palabra de solidaridad, la que yo sí tengo con él respecto de su mujer.
¿Tú afirmas que a la Karen trataron de echarla cuando lanzaste tu candidatura presidencial?
Salió en la prensa: cuando el señor Eduardo Frei, candidato presidencial, planteó que no era correcto que la mujer de un candidato estuviera en pantalla, se planteó en un directorio en el que había un señor que se llamaba Pancho Frei, el hermano de Eduardo Frei, y se insinuó de parte del comando la necesidad de echarla. A mí me parece gravísimo.
Pero nunca TVN tuvo la intención de hacerlo, otra cosa es que los políticos lleguen y pataleen en TVN pero, de hecho, fueron flexibles con la Karen, le dieron permiso, pudo hacer campaña contigo…
No, estás mal informada. Le aguantaron que dos meses antes de la campaña y sin sueldo, ejerciera sus derechos ciudadanos. Ese fue el momento más duro. Cuando un matrimonio, por ejercer sus derechos cívicos, termina en una tensión que era completamente inaceptable. Tú tienes derecho a ejercer tu opinión política y cívica, tienes todo el derecho en tus días libres a hacer lo que te dé la gana. Si quieres hacer un puerta a puerta, lo puedes hacer, y se puso en duda eso, en un debate público falso. Era una condición muy jodida para nosotros, porque nos pegaron donde más nos dolía. Y fue algo similar a lo que pasó con Carlos Ominami (su padre): se le dijo que tenía que irse de la Concertación y perder su cupo, cosa que Carlos hizo. Entonces tan equivocado y paranoico no estoy. Hubo una intención de frenar un proyecto que estaba creciendo.
¿De dónde sacas la energía para reiniciar una candidatura, volver a comunicar lo que piensas, recorrer el país?
Es que tengo una convicción y ese es mi motor, eso me hizo abandonar el cine, la televisión y hasta yo me sorprendo a veces, pero la verdad es que tengo una energía inagotable. Cuando estoy recorriendo el país no tengo momentos de angustia, es pura alegría, optimismo y convicción. El único momento en que me quiebro y dudo es cuando pasan los días y no he visto a mis dos hijas y a la Karen.
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