Viuda de otoño
El otoño se instaló y, junto con él, María Elena Swett entró en una nueva estación de su vida. Sola y bien parada en sus pies, pronto volverá a iluminar las pantallas de Televisión Nacional. Esta es su voz. Entrevista de Monserrat Álvarez en La poca vergüenza, de radio Paula FM. Lee aquí lo que antes escuchaste.
¿Cuál es el defecto que más deploras de ti misma?
Que me pongo a llorar cuando peleo. No sé discutir y cuando quiero discutir, me dan ganas de llorar y todos mis argumentos se van a la cresta.
Eso nos pasa harto a las mujeres y nuestro contrincante nos deslegitima cuando saltan los lagrimones…
Hay que trabajar ese tema, pero también la idea es que ellos aprendan a seguir escuchándonos a pesar de las lágrimas…
¿Cuántas veces en tu vida has tenido que ir al sicólogo o al siquiatra para lograr mayor equilibrio espiritual?
Dos veces, y ha sido cíclico: cada cuatro años. Ahora estoy de alta, pero es probable que en cuatro años más tenga que ir de nuevo.
¿Cuál fue el gran descubrimiento acerca de ti misma que has tenido de estas cíclicas experiencias con el terapeuta?
Que soy súper valiente, pero que mi tendencia es aferrarme a otro, a creer que mi solución está en los demás o incluso en él.
¿Quién es "él": tu pareja o el terapeuta?
Es cualquiera de mis terapeutas o siquiatras. El trabajo con ellos ha sido no buscar las soluciones fuera, sino valorar mi valentía para sanarme solita.
En esta etapa de tu vida, ¿qué cosas son las que te deprimen y las que ya no te deprimen?
Ya no me deprimen bastantes cosas domésticas. Ya no me deprimen los malos entendidos, las peleas, que hablen mal de mí. Esas cosas antes me descomponían, ahora no me pasa nada. Me deprimen las cosas que tienen que ver con las relaciones humanas. El alejarme de un amigo. Voy a obviar lo de las desgracias universales, porque ya es demasiado para mí. Me entristece el alejamiento humano, distanciarte de tus seres queridos. El estar medio botado, medio solo, eso lo encuentro triste.
¿Sueles sentirte así?
No sé, yo me siento una persona súper querida, rodeada de gente que me quiere de profundo corazón. Pero por la pega y por un montón de cosas claro que eso pasa. Pasa que uno está medio solo y no lo sé llevar tan bien. Eso se contradice con mi súper valentía, por eso lo estoy trabajando.
Para calmar el nervio: sexo, pisco sour, shopping o deporte.
Sexo y pisco sour. Un buen pisco sour, para un buen sexo. Sí, primero un pisco sour para un buen sexo, para distender un poco el cuento…
¿Y nada con el shopping y el deporte?
Para el deporte soy re mala y mi shopping últimamente es muy desquiciante: ya no me pruebo: voy, saco todo lo que me gusta, y me voy. Eliminé el vitrineo y lo que no me quedó bien lo devuelvo.
Cuando te miras al espejo, ¿qué parte de ti no logra conformarte?
Las piernas. Pero el espejo de mi baño es de la cintura para arriba, así que me encuentro estupenda.
¿Y cuál es el problema con tus piernas?
Son demasiado canario, demasiado flaquitas, pero yo creo que las sé trabajar bien: su taquito, su pantalón pitillo, me las voy arreglando…
¿En qué sentido? ¿Te has puesto pantorrillas de silicona?
No. Digo que vestidita me encuentro bien.
¿Con qué parte de tu cuerpo eres especialmente vanidosa?
Soy súper fanática de cuidarme la piel, que se vea sanita, cuidadita. Durante años yo tenía psoriasis. Es una enfermedad hereditaria, que no la tengo en la cara, menos mal, pero la tengo en los codos y en la rodillas. Por eso le he tenido que prestar mucha atención a la piel. Entonces, aprovecho y me acostumbré a cuidarme mucho.
¿Estado civil?
Casada.
¿Casada?
Sí.
¿Y estado emocional?
Ehmmm, ¿viuda? Viuda de verano y de otoño, ya…
¿Le has encontrado alguna gracia a la viudez o todavía no?
Tiene su gracia. Yo todavía sigo amando el matrimonio, creo que casarse es súper lindo. No soy de las separadas que están despotricando contra el ex marido, el matrimonio es lo más bello para mí. Pero ahora que quedé sola, tengo tiempo para conocerme más, aprender a viajar sola, a salir sola…
¿Crees que tú, constitutivamente, estás hecha para estar en pareja?
Sí. Cuando mejor lo he pasado en mi vida es estando en pareja.
¿Y estás vitrineando posibles nuevos candidatos a ser pareja?
Vitrineo todos los días. Todo el tiempo estoy mirando para el lado, a ver si encuentro algo que me tinque.
¿Y cómo te ha ido?
Más o menos nomás. Uno se pone más exigente. Compañeros para cenar, sí, pero para comenzar de nuevo, me ha costado.
Hablando de sexo, ¿qué cosa o circunstancia logra anularte la libido por completo?
Me produce mucho placer el placer del otro, por eso si veo que el otro no está entusiasmado, me anulo completamente.
¿Eres de las que piensa que no es bueno morir sin antes haberse fumado un buen pito de marihuana?
Hay que fumárselo tengas la edad que tengas.
¿Y cuántas veces en tu vida has amanecido diciendo, no tomo más?
Varias. Claro que las cañas a veces valen la pena.
Lo comido, lo bailado y lo tomado…
No te lo quita nadie. No soy muy amiga de la caña con pudor y con vergüenza, eso me carga. Si decido quedarme hasta las tantas, con la gente que decidí quedarme, de verdad vale la pena y me banco la caña.
¡Muy bien! ¿Con qué cargo público has soñado alguna vez?
Jamás, ninguno. Preferiría repartir papel higiénico en el Senado, pero cargo público, ¡jamás!
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.