“Dicen que todo comienza con una servilleta rayada, y acá hubo muchísimas servilletas rayadas. Porque entre 2013 y 2015, cerca de 30 mujeres nos juntamos regularmente para trabajar en algo que sabíamos que era grande. Pero que, sobre todo, era muy necesario. Todas en ese entonces teníamos altos cargos ejecutivos, gerenciales, o pertenecíamos a directorios de empresas e instituciones. Estábamos con una carga laboral tremenda y dedicábamos nuestras horas extra a sacar este proyecto adelante –incluso reuniones en las noches–, porque teníamos una certeza: necesitábamos emparejar la cancha en el mundo de la alta dirección.
En ese tiempo, sabíamos que las mujeres que logran avanzar en sus carreras profesionales representaban solo 30% de los cargos de alta dirección en el sector público y el 18% en el sector privado. Una cifra que había que cambiar y, con este fin, era importante contribuir a desarrollar empresas y organizaciones que fueran sostenibles en el tiempo. Necesitábamos volcarnos a incentivar los liderazgos y el trabajo colaborativo como parte de su cultura organizacional. Considerando además que la población en el mundo es muy equitativa entre hombres y mujeres, no parece tener ningún sentido desaprovechar un porcentaje tan alto del talento femenino.
Y así, en diciembre del 2015 nació REDMAD, con 34 socias fundadoras y yo como presidenta de esos primeros años. Hoy somos más de 500 socias, prácticamente la mayoría en posiciones de liderazgo, que encontraron aquí una comunidad donde podían compartir con otras mujeres que tenían una trayectoria profesional importante, con intereses en común, y que querían lograr cambios a nivel social en este sentido: porque las mujeres necesitamos de otras mujeres para avanzar y, en un país acostumbrado a que los directorios o las líneas gerenciales son un territorio eminentemente masculino, nos propusimos poner una conversación sobre la mesa y ser parte también de ese diálogo. Hoy hemos hecho aportes en discusiones legislativas como la Ley de Cuotas o la equidad salarial, y creo que hemos ido avanzando a paso firme.
Algo que hacemos no solo por nosotras y por tratarse de un derecho fundamental, sino también por el crecimiento del país: es decir, está demostrado que la mayor presencia de mujeres en la alta dirección, mejora la productividad y los números de las empresas. Aquellas con mayor diversidad de género, tienen un 25% más de posibilidades de obtener una rentabilidad superior a la media.
En un país tradicionalmente machista como Chile, hemos tenido que hacer alianzas entre mujeres para poder ver cambios. Y los hemos ido viendo, sin duda, pero por supuesto que falta por hacer. Nunca voy a olvidar una vez en la que asistí a un seminario: estaba hablando un ejecutivo de una institución financiera y dijo que la falta de mujeres en directorios se debía a que nosotras no éramos compatibles con los horarios. Porque había directorios que comenzaban a las siete de la tarde y terminaban a las 11 de la noche. Le repliqué que el problema era el horario, y que evidentemente no era un problema solo para la mujer, sino también para el hombre. ¿Acaso un hombre que participa en una reunión de trabajo nocturna no tiene vida familiar? ¿Hijos? ¿No quiere un tiempo libre para distraerse?
A veces, hasta el día de hoy, hay amigos empresarios que me dicen: “tengo muchas mujeres en mi empresa”. Yo pregunto de vuelta: ¿pero las tienes en la línea gerencial? ¿en cargos donde están tomando decisiones?
Porque de eso se trata: como género tenemos que estar donde se están tomando las decisiones. Y si eso tenemos que propiciarlo con una Ley de Cuotas, entonces hagámoslo, a lo menos de una forma transitoria. Si no aceleramos el proceso, los estudios –como el del Foro Económico Mundial– dicen que la equidad demoraría 135 años en llegar. Y no estamos para esperar tanto tiempo. Tenemos que trabajar juntos y juntas por la equidad.
Países como Noruega, Suecia, Finlandia, Bélgica y Francia entre otros, tienen más del 30% de mujeres en directorios, algunos estableciendo una cuota de género obligatoria del 40% y otros a través de la autorregulación.
Aún queda mucho por hacer y REDMAD apoyará y facilitará todas las iniciativas que vayan surgiendo respecto a la equidad de género, para tener mejores empresas, una mejor sociedad y finalmente un país más próspero, más justo y más feliz”.
*Marlene Larson es Past President de REDMAD, Red de Mujeres Alta Dirección y actual gerente general de la Asociación de Marketing Digital y Data de Chile.