Por María José Salas / Fotografía: Carolina Vargas

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"Hoy en día, al menos en los países desarrollados, se potencia la felicidad individual más que nunca. Tenemos más libertad, más dinero y mayores oportunidades de las que nuestros antepasados hubieran soñado. Por lo tanto, en teoría, tendríamos que sentirnos más felices que ellos. Pero para muchos de nosotros no es así. Casi siempre la gente comenta que tiene menos tiempo de ocio, menos dinero para hacer lo que realmente quiere e incluso cuando el dinero no es el problema, creen que la riqueza no da la felicidad. La cuestión es que la vida moderna es estresante. Cada vez estamos más conectados a la tecnología y más desconectados de la naturaleza", afirma la doctora Arlene K. Unger en Felicidad. En este libro se muestra a través de 50 ejercicios mindfulness y de relajación -dar la bienvenida al sol, ducharse de manera consciente o un baño de bosque- cómo, de manera paulatina, se puede lograr un estado de felicidad. Por ejemplo, la actividad terapéutica de caminar por un bosque, rodeados de naturaleza nos hace sentir más felices y sanos. "De hecho, se ha demostrado que incrementa el vigor y reduce los sentimientos de ansiedad e ira de manera significativa", agrega la doctora.

En un segundo libro, la autora propone alcanzar un nivel de confianza mínimo para sentir la convicción de que uno vale por sí mismo, la sensación de encontrarse a gusto con el propio cuerpo y la seguridad de que se puede triunfar. "Porque cuando creemos en nosotros lo transmitimos a los demás, y estudios científicos demuestran que, cuando las personas están a gusto consigo mismas, la tratan de un modo que contribuye a reforzar su autoestima", afirma Unger. En el libro Confianza plantea ejercicios como aprender a decir que no, celebrar el triunfo propio o elogiar a los seres cercanos. Un ejemplo para lograr este último sería el siguiente:

1. Piense en la última vez que alguien le dedicó un cumplido. ¿Cómo reaccionó? Escriba el elogio y su reacción abajo.

2. Piense si su reacción fue pasiva, agresiva o auténtica.

- Una respuesta pasiva significa que usted minimizó el cumplido; por ejemplo, diciendo: "Bueno, en realidad no tiene importancia".

-Una respuesta agresiva significa que usted reaccionó negativamente, con irritación o sarcasmo; por ejemplo: "Bah, para eso me pagan".

-Una respuesta auténtica es aceptar y responder positivamente al elogio sin apresurarse a cambiar de tema o desviar la atención hacia el otro: "Gracias, disfruté en el reto".

3. Si usted respondió negativamente, analice por qué. Suele deberse a formas de pensar perniciosas: es posible que nos sintamos indignos de elogio o creamos que nos alaban con finalidades ocultas. Si puede, piense en un punto de vista opuesto a su pensamiento negativo: "Me merezco el cumplido", por ejemplo.

* Ambos libros están a la venta en las librerías Contrapunto. $ 9.120.