Mayte Rodríguez: íntima

En su casa en El Arrayán, a cara lavada y usando su propia ropa, la actriz de 23 años abrió las puertas para posar sin luces ni parafernalias. Genuina y espontánea, tal como se muestra en la intimidad, Mayte confiesa que es allí donde se libera de las presiones del quehacer diario que por estos días la mantienen ocupada interpretando a una conflictuada monja en La sexóloga, la nocturna de Chilevisión.




Paula 1107. Sábado 27 de octubre 2012.

Mi casa:

Mi casa es mi templo, donde no hay presiones ni estrés. Aquí me relajo y respiro naturaleza. Tengo la suerte de vivir en El Arrayán, lejos del tráfico y cerca de los cerros, el río y los árboles que he visto crecer. Me siento afortunada de experimentar la naturaleza y vivir con los míos. Desde marzo de 2010 vivo en esta cabaña con mis hermanos Óscar (28) y Miguel (26). Es un regalo tener esta casa que construyó mi madre dentro del mismo terreno en donde está la casa de mi papá, que es la casa en la que vivimos todos cuando éramos chicos y donde tenemos los recuerdos mas lindos. Es aquí donde encuentro espiritualidad.

Mis lecciones:

En algún momento de mi vida veía todo blanco o negro. Hoy creo en los grises. Los matices me han hecho entender muchas cosas. He pasado por periodos intensos, de pelear, buscar la soledad y encerrarme en mí misma. Los que me rodean han sabido perdonar mis errores y he aprendido de ello. Aprendí a escuchar lo que los demás tienen que decir. Hoy creo que todas las dificultades que se presentan en la vida se superan y que por alguna razón pasan, todo tiene su porqué.

"Desde los 12 años que combino los estudios con el trabajo. Esto me ha permitido aprender el valor de las cosas, que todo se gana con esfuerzo".

Mi profesión:

Es difícil definir lo que significa para mí ser actriz, pero una de las grandes cualidades que tiene es que te despoja de los prejuicios y te hace desarrollar la empatía; solo así puedes ponerte en la piel de otro y transmitírselo al espectador. Siempre quise estudiar teatro, siempre me tildaron de ser histriónica y apegada al arte. Además, por mis papás (Carolina Arregui y Óscar Rodríguez) estuve muy cerca de ese mundo. Que mi mamá sea actriz provoca, inevitablemente, que me comparen con ella. No me molesta, pero creo que todos somos distintos y me siento feliz de haber tenido el privilegio de aprender de la mejor.

Mi imagen:

Ser linda es un regalo y es cierto, ayuda. Pero tengo presente que el valor de las personas no es su aspecto y que la belleza se puede terminar en cualquier minuto. No pienso mucho en eso, no es algo que me inquiete. Hago deporte porque me gusta y me hace sentir viva. Creo firmemente que el deporte y una alimentación sana permiten ganar muchos años sin recurrir a una cirugía. No descarto hacerme algo si es que lo necesito en el futuro y obvio que me lo haría con la pareja de mi mamá, Roy Sothers, quien a mi juicio es de los mejores cirujanos plásticos.

Mi tiempo libre:

Descansar mucho te hace caer en el ocio y, por el contrario, estar haciendo algo todo el tiempo, es agotador y no terminas rindiendo como te gustaría. Trato de encontrar el equilibrio, de hacer cosas que me relajan como pintar, un oficio que practico con frecuencia y que me produce mucha paz porque me permite perder la noción del tiempo, como si se detuviera.

Mi filosofía:

Una de las cosas que más me molestan es la injusticia. Es que hay gente que se cree más que el resto por el cargo, el poder otorgado o las cualidades que tiene y se olvidan de tener consideración con los demás. No se trata solo de un tema material. No cuesta nada. Uno puede aportar con una sonrisa, con una talla y hacer que el día del otro sea mejor.

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