“Quiero comenzar esta columna recordando un episodio que ocurrió unos meses antes de quedar embarazada. Me encontraba en un evento cultural donde había varias marcas de diseño chilenas exponiendo y bandas nacionales tocando. Me encontré con muchas personas que conocía del medio artístico. De pronto vi a lo lejos una chica que yo aprecio bastante, porque la conozco hace más de 15 años. No somos amigas, pero pertenecemos al mismo círculo de artistas en Santiago. Ella es cineasta y lesbiana. No me interesa la sexualidad de los demás pero lo menciono por lo que contaré). La saludé muy afectuosamente y nos pusimos al día. Le conté que estaba feliz, que mi pareja me había pedido matrimonio y que quería formar una familia. Ella me miró extrañada y me respondió: ¡Ay, pero completamente heteronormada! Me sentí afectada por su comentario, ¿Por qué esta persona tuvo el impulso de encasillarme despectivamente en vez de alegrarse por mi futuro proyecto de vida? No la odié, pero removió en mí ese miedo sobre la maternidad y la vida artística. ¿Será compatible este ambiente con la maternidad? Hace más de 15 años que me dedico a la música. Soy cantante de estilo pop electrónico y el ambiente en el que me muevo, el de la música, el arte y la moda, lo defino como nocturno, joven, queer y alternativo; me suelo rodear de gente entre 20 y 35 años, quienes siguen mi música y trabajan conmigo. Por eso, cuando a mis 38 años me casé y quedé embarazada, me surgió esa pregunta: ¿será compatible la maternidad con mi carrera artística?
A lo largo de estos 8 meses de embarazo he reflexionado mucho en torno a ser mujer artista y ser madre. ¿De qué manera me percibirá la gente y mi arte ahora que he tomado este camino? ¿Cuál es la imagen que proyecto ahora al ser una mujer casada y madre? Es increíble cómo, lo quieras o no, por ser mujer siempre se te cuestiona. Por ser artista mujer siempre se cuestionará tu arte, y ahora por ser madre y artista también se cuestionará tu visión y futuro como tal. Es como si de alguna manera fueran proyectos no compatibles. Lo que se espera de ti es que tu imagen no cambie mucho, que tu estilo musical tampoco cambie, pero eso es imposible porque las personas mutan y se desarrollan. Ser madre cambia completamente esa imagen y ahí te quedas, en la incertidumbre de saber si tu público entenderá tu cambio de vida, de visión. Por otro lado, existe ese miedo que por ser madre tu proyecto se acabó, porque ya no tendrás el tiempo ni la energía para poder dedicarte a tu pasión. La presión social es fuerte y más aún al ritmo de la producción musical. Todo siempre es rápido, tienes que estar constantemente alimentando las plataformas con videos y novedades, y Spotify con nuevas canciones y contenido para no desaparecer, cosas a las que evidentemente tendré que bajarle el ritmo. Estas dudas me han provocado mucha ansiedad a lo largo de mi embarazo. Pero esto es lo que yo quise y decidí: tener un hijo.
Hoy, a pocas semanas de parir, llegué a concluir que hay que asumir como artista que la maternidad sí atrasará tus objetivos profesionales, sobre todo dentro del ritmo artístico donde tiene que avanzar rápido y donde se supone que a “cierta edad” debes tener “ciertos logros”; eso es durísimo. Pero creo que lo importante es concentrarse en lo que realmente importa: entender que estarás en otra frecuencia y que de igual manera puedes pararte y tener la valentía de equilibrar maternidad y arte. Además, estoy convencida de que esta es una nueva etapa donde aprenderé muchas más cosas que podré traducir en mi música. Mi hijo aún no nace, pero en estos meses de gestación he sentido una energía muy hermosa y me ha fascinado hacer shows mostrando mi gran vientre. Siempre habrá quienes te van a juzgar porque creen que casarse y tener hijos no es compatible con ser feminista y artista. Pero también estarán los que te apoyan. Creo que solo hay que disfrutar el proceso y hacer lo que uno realmente quiere hacer en esta corta vida”.
Alex es cantante y tiene 38 años.