Durante años, Matilde, la hija de Carla Barría, pidió un gato. Comenzó a insistir en ello cuando se dio cuenta de que sería hija única. Cada cumpleaños, cada Navidad, el mismo deseo: un gato. “Yo me mantenía firme en mi respuesta: no me gustan los gatos. Pero ella insistió tanto, con llantos incluidos, que un día me di cuenta de que llevaba años resistiéndome a algo que era importante para ella. Así que cedí”, dice.

A Sakura la encontraron en un chat de “las pulgas” del colegio. Provenía de una camada de la cual no había muchos antecedentes, recuerda Carla. “No sabemos si tuvo mamá, si llegó a tomar leche o cómo sobrevivió sus primeras semanas. Solo sabíamos que era pequeña y que necesitaba un hogar. Mi marido se encargó de que la Saku llegara a casa y se convirtió en su principal cuidador. Yo la miraba de lejos, sin mucho entusiasmo. Y mi hija, como era de esperar, la recibió como si fuera la hermana que nunca tuvo”.

De hecho, Matilde la cuidó como a un bebé desde el primer día. Juntas regalonean, juegan y hasta se molestan, como si esta gatita siempre hubiera sido parte de la familia. Carla, en cambio, se demoró en verla así. “Yo me mantenía al margen, o al menos eso intentaba. Pero, poco a poco, empecé a formar un vínculo también con ella. No podría decir que ahora soy una fanática de los gatos. Pero, de todos los gatos del mundo, esta es la única que quiero”, confiesa.

Sin embargo, para Carla lo más relevante desde que llegó Sakura es que, a través de ella, descubrió una nueva faceta de su hija. “Nosotros decidimos no tener más hijos, pero Matilde necesitaba esa compañía que una mascota puede entregar. La Saku nos acompaña incluso cuando salimos de vacaciones. Un poco en broma y un poco en serio, a veces la llama su ‘hermana gatuna’. Y, si bien sé que esto no es exactamente una relación de hermanos, he visto cómo Matilde ha construido un lazo muy especial con esta gatita; la veo quererla y cuidarla con un amor genuino. Y me doy cuenta del amor que mi hija es capaz de entregar. Eso ha sido un hermoso descubrimiento.”