Los disfraces son elementos infaltables en un baúl infantil.

Pingüino

Este disfraz de pingüino se compró en los galpones del Persa Bío Bío. En ellos hay varios puestos donde venden disfraces de segunda mano o nuevos traídos de Estados Unidos. Los modelos son, por lo general, únicos por talla. El día que se compró éste, a $4.000, destacaban también uno de león para guagua de 6 meses, y uno de cocodrilo para niño de 8 años.

Chinita

Para disfrazarse de chinita hay que usar un cojín forrado con género de satín o raso rojo y lunares negros en paño lenci cosidos o pegados con silicona. Se sujetan de la espalda del niño o la niña con elásticos o cordones negros pegados en forma de tirantes de mochila. Y para el cuerpo, una polera y unas patas elásticas o pantys negras

Pollo

Para convertirse en pollo se necesita un pijama o buzo verde entero. Si no hay en la casa, se puede mandar a hacer en jersey o algodón. Para la cola, la cabeza y los brazos bastan unas plumas blancas cosidas o pegadas directamente sobre el género con pistola de silicona. Las patas son guantes de hule amarillos que se venden en los supermercados o tiendas de abarrotes.

Tigretón

Este disfraz de tigre es de la calle Bandera, entre Compañía y Rosas, donde abundan los locales de ropa usada. Y aunque a primera vista no se vea ningún disfraz hay que entrar en todos y preguntar. Muchos de ellos son originales de la marca Disney, de muy buena calidad, y, aunque sean usados, se conservan casi intactos.

Flash Gordon

El disfraz del superhéroe Flash Gordon se mandó a hacer a Juana Guzmán, a partir de las medidas exactas del niño (se sacan a partir de un pantalón de buzo y un polerón) y un género rojo y amarillo elasticado. Lo ideal es utilizar tela lycra de algodón, porque es estrech y se adapta perfectamente al cuerpo.

Medieval

El disfraz de caballo lo hizo Lorena Díaz, quien fabricó una base de fierro que luego rellenó con lana vellón. Para los ojos usó botones y para la crin, cordones deshilachados. La túnica es una gasa blanca de algodón que unió a la cabeza

del animal. Lorena también fabrica y enseña a hacer disfraces reciclando ropa vieja

o en desuso de la casa. Para este disfraz de caballero medieval, Lorena usó una camisa brillante de la mamá del niño y un chaleco largo y rojo que transformó en camisa.

Datos Mi otro yo:

• Disfraces a pedido: Juana Guzmán, fono 0-8903 3327.

• Rextex: telas para disfraces, San Diego 1157 y Franklin 707, fonos 555 9294 y 555 6496.