Aunque como diseñadora gráfica Angélica Urrutia trabajó en diferentes cosas, siempre tuvo la intención de tener su marca propia en la que pudiese tener toda la libertad para crear, un lugar donde desplegar toda su creatividad. En 2013 se fue a estudiar Motion Graphics en Madrid (animación) y fue en esa búsqueda que encontré también talleres de ilustración y cerámica. “Fue algo mágico porque descubrí un taller de intervención de cerámicas sin saber que esto podría ser algo que se convertiría en un trabajo. Nunca lo imagine así”, cuenta. Al volver a Chile, sin trabajo, vio el momento preciso para crear lo que siempre anheló. En 2014 nace Vuela como el viento -nombre que surge de la idea de darse a sí misma el impulso para empezar- espacio en el que ilustra simples postales en acuarela. “Quise dedicarme a la naturaleza y animales que es lo que me inspiraba más y me salía de forma natural. Así, poco a poco fui soltando la mano para probarme como ilustradora-diseñadora”.

Es así como probé con sus primeros platos cuya creación empieza en acuarelas sobre papel que luego se convierten en impresiones que pasan a cerámicas, todas aptas para el uso y lavado.

“De ahí en adelante mis producciones fueron platos, teteras, tazones y sets completos de vajillas antiguas y nuevas. Todo esto también lo complementé con diseños ilustrados en tela, dedicándome también al área hogar, conquistando así a un público en particular al que le gustó mi estilo.”, cuenta.

Vuela como el viento acaba de cumplir diez años. Un proyecto que a Angélica me ha dado muchos aprendizajes buenos y malos: “Pero que ha sido mi gran proyecto hasta ahora”, cuenta.

Instagram: @vuelacomoelviento