Desde hace muchos años que Quena Flores se dedica al diseño textil. Empezó, de la mano de Ana María Solervicens, desarrollando la técnica del batik y adquirió de ella, su maestra, no solo conocimientos, sino inspiración y motivación para dedicarse a esto a tiempo completo.
“En estos años me he dado cuenta que lo mío es la experimentación, que me gusta explorar distintas técnicas y elementos. Tanto, que creo que me moriré investigando”, dice. Así es como ha dedicado años a explorar elementos como el uso de la cera, las técnicas para teñir con nudos, la aplicación del katazome (una especie de pasta) en los textiles, y la aplicación de óxidos también en diferentes piezas. “Actualmente me paseo recogiendo objetos oxidados y busco fierros con formas interesantes para estampar en telas”, cuenta. Para hacerlo, Quena hace le una serie de tratamientos a la tela, que impiden que el teñido desaparezca de la ropa con los lavados“, dice.
Todas las investigaciones que hace Quena terminan convirtiéndose en un objeto. Y aunque confeccionó polleras y pantalones, todos de diseños únicos, al tiempo se dio cuenta de que no era fácil dar con lo que sus clientas querían precisamente porque cada prenda era irrepetible. E incursionó en el ecoprint, impresión de plantas y flores que pudo llevar a cabo luego de una investigación botánica y de preparar cuidadosamente la tela para que perdure el diseño.
Dedicada a crear objetos de decoración y accesorios como cojines, bolsos, colets y pañuelos, hoy está también haciendo individuales para la mesa con diseños únicos donde los colores son protagonistas.
Instagram: @quenabatik