El 19 de agosto se celebra un nuevo aniversario de la Biblioteca Nacional de Chile que fue fundada en 1813. Se trata del principal centro bibliográfico del país y una de sus primeras instituciones republicanas. Para esta conmemoración se planea lanzar el libro del Centro de Investigaciones Barros Arana “Epistolario” de José Toribio Medina, un lanzamiento que anticipa lo que será, el próximo año, la celebración de los 100 años de la donación de la colección de Medina al Estado de Chile. También el próximo año se conmemorarán los 100 años del edificio de la Biblioteca y los 100 años de la Ley de Depósito Legal, que establece la obligatoriedad, para todas las imprentas, productoras de cine y video, sellos musicales, publicaciones electrónicas y canales de televisión, de enviar a la Biblioteca un determinado número de ejemplares al momento de su publicación.
Muchas fechas importantes que cobran un mayor sentido si es que sus espacios son habitados por los ciudadanos. Y es que este edificio –diseñado por el arquitecto chileno Gustavo García del Postigo, hace casi cien años– se conserva impecable y sus puertas están abiertas para que las personas accedan de manera gratuita a sus diversos salones. Previo a la pandemia, la biblioteca tenía un promedio de visitas diarias de dos mil personas y actualmente ese número se aproxima a los 1.500 visitantes diarios.
Y aunque desde la Biblioteca proyectan que en los próximos años se van a recuperar los niveles prepandémicos, muchas de estas visitas suelen ser turísticas; personas que van a conocer el edificio y sus instalaciones, pero no necesariamente se usan para su objetivo inicial, que es ser un espacio de lectura. La Biblioteca Nacional posee algunos de los salones más hermosos de la arquitectura chilena de principios del siglo XX, en los que destaca un grato ambiente para la lectura, el estudio y/o el trabajo. Nada que envidiar a los modernos coworks que hoy abundan en Santiago.
Uno de ellos es la Sala Gabriela Mistral, que comprende las colecciones pertenecientes a Sección Chilena y Fondo General. La primera de ellas, conserva bibliografía originada en el país, obras de autores nacionales o publicaciones sobre Chile editadas en el extranjero. En tanto el Fondo General cuenta con valiosas colecciones de gran antigüedad, así como textos publicados en todo el mundo. Hasta allí se puede llegar y solicitar cualquier ejemplar que sea parte de las colecciones mencionadas, pero también, se puede llegar con un computador para trabajar e inspirarse con ese monumento histórico.
Otros de sus salones son el Salón Camilo Henríquez, con la colección de periódicos chilenos de los siglos XIX, XX y XXI, más completa e importante del país y también archivos de microfilms correspondientes a numerosos periódicos, revistas y libros; Salón Pablo Neruda que corresponde a la Sección Revistas y en ella se encuentran todas las publicaciones de este tipo, tanto nacionales como extranjeras que ingresan a la Biblioteca; la Sala Medina, en la que se conservan los fondos bibliográficos más valiosos de la Biblioteca Nacional, reuniendo la Biblioteca Americana José Toribio Medina, Biblioteca Americana Diego Barros Arana y Museo Bibliográfico; y la Sala de Referencias y Bibliografías, destinada a entregar a los usuarios información y orientación de manera rápida y ágil, posee una colección de diccionarios, enciclopedias, atlas, manuales, entre otros, de diferentes áreas del conocimiento. En esta sección, un equipo de bibliotecarias responden las solicitudes virtuales de información referencial a través del servicio Bibliotecario en línea.
Para que la experiencia sea completa, hace un par de meses que se instaló dentro de la biblioteca Justicia Café: un ondero local que hasta hace poco se encontraba en la calle Valenzuela Castillo, a pasos de Manuel Montt, en Providencia, y que ahora cuenta con un amplio espacio con mesas en el sector Moneda de la Biblioteca. Su carta incluye chocolate caliente; una variedad de café como los filtrados, espresso o mocaccino; la marraqueta del día con jamón, tomate y lechuga, por ejemplo; o el sándwich de miga, que puede ser de pollo con pepinillos o de hummus con tomates deshidratados. Además de sus alternativas dulces, como el pie de limón o el brownie clásico.
Por último y para los que anden de paso, la biblioteca cuenta con tres salones de exposiciones: la Sala Marta Cruz-Coke, destinada a ser un salón de acogida a los usuarios, ya que cuenta con un espacio dedicado a muestras culturales en conjunto con otro espacio interior expositivo, que además es un lugar para descansar, leer y estudiar; la Galería de Cristal, un moderno espacio destinado a difundir exhibiciones plásticas, gráficas y fotográficas con fines educativos o artísticos; y la sala Premios Nobel, un espacio para exhibiciones plásticas, fotográficas y literarias.
La biblioteca está abierta de lunes a viernes desde las 9:15 hasta las 17:45, y toda la información se encuentra en www.bibliotecanacional.gob.cl.