“Me llamo Francisca Palomas del Río y el nombre Palomitas del Río nace por mis dos apellidos. Y lo elegí también porque tiene relación con un concepto infantil. Dibujar es mi terapia y lo maravilloso es que puedo vivir de eso. Es lindo porque me gusta que a la gente le guste algo que es tan personal. A todo le voy metiendo mis intereses del momento.

Siempre me gustaron mucho los libros para niños. Pienso que me gustaban porque en su diseño había ilustraciones que yo sentía eran muy libres. Lo que me gusta del rubro infantil es que ahí no existen los límites, uno puede hacer cualquier cosa porque la imaginación de los niños es infinita. Los niños son más originales que los adultos.

Estudié Diseño Industrial en tiempos en que la palabra ilustración casi no se conocía. Antes de terminar la carrera hice un diplomado de Arte en la Universidad Católica y después me fui a hacer un postgrado de ilustración a Barcelona. Allá hice muchos cursos, todos en en lugares donde la ilustración es muy potente.

Partí trabajando sobre tela, haciendo trabajos muy personalizados para dar vida a cojines y mantas. Luego mis clientes empezaron a pedirme más y así incursioné en la creación de ropa de cama y cuna, protecciones para cunas y cojines de lactancia, cuadros, cortinas y todo lo que tenía que ver con la pieza de niños. Crecer con un cubrecama con ilustraciones te marca, hace que ese objeto se convierta en un elemento que empieza a formar parte de tu vida. Tengo clientes que aún guardan el cubrecama que usaban de chicos como algo simbólico. Me acuerdo que yo tenía un cubrecama de ovejas y eso me llevaba a soñar cosas lindas.

En un momento la temática infantil dejó de llamarme tanto la atención. Me vino una especie de crisis de la maternidad y me dediqué a otro espacio en el que quería hacer cosas que podría usar yo. Hace cuatro años apareció el collage: mi jefe en la universidad en la que hago clases me ofreció hacer un curso de este tema y, si bien en mis trabajos anteriores algo había de eso, a partir de ahí lo hice más a conciencia, creando y mezclando todo. Eso me abrió un mundo nuevo, fue muy liberador.

En paralelo apareció en mi vida la danza. Por un tema personal recurrí a ella y estando ahí me di cuenta de que imágenes que yo incorporaba en mis collages y lo que yo dibujaba normalmente era muy de mujeres bailando. A entrar en la danza vi que lo que hacíamos en clases eran esas mismas mujeres que yo había estado ilustrando, eran los mismos movimientos.

Las cosas que hago son de uso cotidiano porque creo que uno debe rodearse de cosas que le gustan. Por ejemplo, en mi baño tengo cuadros que miro constantemente y que son una inspiración para mí, un estímulo. Creo que lo mismo pasa con un bolso, con la cortina de baño o con lo que sea. Son cosas que te acompañan más que lo que lo puede hacer una obra de arte.

Me gusta dibujar a mujeres por la energía que tenemos, y me gusta también inspirarme en la naturaleza, lugar donde me calmo y donde vivo una realidad muy linda que puede ir en paralelo a la vida real en la que muchas veces pasan cosas feas.

He tenido muchos talleres porque me he cambiado varias veces de casa. Cada vez que me mudo lo primero que hago es armar mi taller. Mi taller es un lugar muy importante y me gusta tenerlo cerca para poder acceder a él cada vez que quiera o lo necesite, a la hora que sea. Estoy ahí muchas horas porque cuando entro en el mood de trabajo, eso me atrapa. Hoy el taller está en mi casa y es una parte muy importante de mí, se ha ido tomando mi casa porque es mi vida, son como los hijos que se van tomando espacios de la casa que van cambiando y así me voy manteniendo en este mundo de fantasía. Para mi el concepto de hogar es súper potente, es mi templo y yo lo cuido bastante, no invito a tanta gente porque es el lugar en el que necesito tranquilidad y mis dibujos me la dan. Vivo entremedio de todas esas cosa. A ratos me dan ganas de salir de ahí también y me voy a trabajar a un bar o a un café así es que siempre ando con mis materiales para todas partes.

Hace 13 años que hago clases en la universidad. Me gusta enseñar y compartir mis conocimientos porque así yo también aprendo, es algo que me obliga a estar actualizada. Además, lo que recibo de los alumnos, ese cariño, me ayuda mucho a conocerme más, a ser más segura.

Para mí el tema de la salud mental es muy importante y por eso he enfocado mis clases en eso, porque además sé que las generaciones de hoy lo necesitan mucho. Para mí el arte es una terapia muy necesaria y eso les transmito, que sea una instancia terapéutica que es única, que aunque después no se dediquen a eso que lo usen como un medio de expresión, como algo personal que nadie juzga. Que disfruten del proceso porque de ahí surgirá algo que es muy interno, personal”.

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Instagram: @palomitasdelrio