Katherine Canales Belmar es artista visual titulada de la Universidad de Chile y desde siempre se interesó en la creación de elementos estéticos ligados a los animales.
Fue durante su estadía en la carrera de artes que experimentó diferentes técnicas y formas de composición espacial. Y aunque su título es de pintora, se inclinó más por el grabado, las instalaciones y la escultura, lo que responde a su profunda necesidad de expresar por medio del volumen.
Y fue precisamente esa búsqueda la que la llevó, en 2019, a crear Cardado Taller, un emprendimiento en el que ha explorado esos imaginarios visuales y los ha llevado a cabo usando la técnica del fieltro agujado, cuyo material principal es el vellón -específicamente el vellón cardado-, una lana de oveja natural presentado en uno de sus estados más rústicos.
Para usarlo, Katherine prioriza el teñido natural, y no solo lo hace porque es más orgánico, sino porque además asegura queda mejor en sus diferentes creaciones. “Conocí el fieltro agujado cuando, hace muchos años, una amiga lo puso en mis manos. Conecté inmediatamente porque es increíble esa especie de acolchado, su calidez y las variadas posibilidades que te da. Con una aguja puedes esculpir, prensar y llegar a la forma que quieras. Además, es un material que dialoga muy bien con otros elementos como hilos de algodón o madera. Se complementan”, asegura.
Katherine recuerda que la primera figura que hizo en fieltro fueron un pequeño ratoncito y un conejo. Y fue esa exploración la que la llevó a darse cuenta de que los animales se daban de una forma muy grata entre el vellón, la aguja y sus manos. Pero además entendió que los animales le gustan a la gente, que en ese formato, generan ternura y admiración.
“Esto ha llegado muy lejos para mí. Hoy hago réplicas de perros y eso es muy lindo, muy especial. Algunos de esos perritos ya partieron así que quedan como un recuerdo para sus dueños, lo que me parece sumamente lindo. Mantengo una enorme gratitud con esas personas que dejan en mis manos a mascotas tan especiales para ellos, animales que forman parte de su núcleo familiar”, cuenta.
“Con el tiempo se me ocurrió traspasar estos animales a otro soporte y llegué a armar colgantes que exhibí en bazares y ferias. La consolidación de esas nuevas creaciones se plasmó el día que me llegó un mensaje en el que me pedían un móvil con seis perritas para colgarlo colgadas sobre la cuna de una niña pequeña. Cuando se publicó ese trabajo por redes sociales, muchos de mis seguidores se entusiasmaron y así comencé a dedicarme a tiempo completo a eso. Me gustó eso de generar un vínculo entre los animales y los recién nacidos; poder ver cómo todos en una familia disfrutan de esos trabajos que pueden personalizarse en colores y formas para dar vida a objetos que dialogan estéticamente entre ellos y también con el entorno”, dice Katherine.
Hoy en Cardado Taller Katherine también recibe pedidos inspirados en fauna, flora o lo que los clientes tengan en mente. Además, constantemente está buscando espacios para poder impartir workshops o talleres extensos.
Cardado Taller está cerca de Rancagua y se desplazan a lugares cercanos entre Santiago y la VI región.
Instagram: @cardadotaller