Con pintura, pinceles y pegamento crea animales o personajes de cuentos.
No hay niño que se resista a escuchar cuentos, especialmente si son sus padres quienes lo inventan. Mientras pintan las piedras vayan creando entre todos una historia que ocurra en el fondo del mar. Pónganle nombre al pulpo y a los pescados. A veces a los niños les cuesta echar a volar su imaginación, pero basta con hacerles preguntas sencillas para que se suelten: ¿cómo es el papá del pulpo? ¿qué hace su mamá? ¿a qué juega con los pescados? ¿qué le gusta comer? ¿cómo le gusta dormir? ¿por qué tiene ocho brazos? ¿para qué los usa? ¿cuál de los pescados nada más rápido? ¿cuál es el más enojón? ¿por qué se enoja tanto?
Pónganse a buscar piedras planas para crear caras. Alargadas, ovaladas, redondas, con forma de huevo, y así cada una tendrá su propia personalidad. La boca, la nariz, las cejas y los ojos se pueden pintar con pincel o hacer con piedritas pegadas. A parte de inventar cuentos, personajes e historias a partir de ellas, también se pueden usar como adorno de tarjetas de cumpleaños, para hacer cuadros, colgantes o magnéticos para el refrigerador.
SUGERENCIAS
→ El poxipol es un pegamento muy resistente para pegar piedra con piedra, pero la cola fría también funciona si las piedras no son muy grandes.
→ Los niños no pueden usar poxipol sin vigilancia de un adulto y en un ambiente sin ventilación.
→ Los pegamentos para niños no son tan firmes y es mejor usarlos en figuritas que se van a poner en un cuadro o en magnéticos.
→ La témpera y la pintura acrílica dan buenos resultados. El acabado de la témpera es más opaco y el del acrílico, más brillante.
→ Peguen las piedras antes de pintarlas, partiendo por los ojos o dientes, es decir, por las piedras más pequeñitas.
→ Antes de ponerse manos la obra, invita a los niños a dibujar sobre un papel lo que quieren hacer con las piedras que eligieron. Montar la figura les saldrá más fácil, porque tendrán una referencia.