“Cada semana una mujer toma el control de la cuenta y nos inspira”, dice en la descripción –o bio– de la cuenta de Instagram @mujeresdeñuble. Y es literal. “Pensamos en que la mejor manera de visibilizar a las mujeres era que pudieran contar sus historias en primera persona. Ir mostrando su día a día y con eso inspirar a otras”, cuenta María de los Ángeles Loyola (42), periodista y creadora del proyecto.
Partió con otra socia, en el camino se han ido sumando otras mujeres y actualmente es ella junto a María de la Luz (42), también periodista, quienes siguen a cargo de este proyecto que tiene como objetivo que cualquier mujer de la región, desde su rol ya sea de dueña de casa, artista, emprendedora, con su maternidad o ‘no maternidad’, lo que sea, pueda inspirar a otras con su vida cotidiana.
¿Cómo surge el proyecto?
MA: Fue cuando Ñuble se convirtió en región, hace cinco años. Con Daniela Carlin (su primera socia) empezamos a ver que a pesar de este cambio, las personas de acá siempre iban a otros lados a buscar los bienes y servicios a otros lados, especialmente a Santiago, cuando en Chillán hay un montón, sobre todo de mujeres emprendedoras que tienen mucho talento y que no se conocían porque no había nadie que las mostrara.
En ese momento nos inspiramos en una cuenta francesa que funcionaba de la misma manera: cada semana una artista francesa tomaba la cuenta para mostrar su proceso creativo. Y nos pareció que era una buena idea.
Armamos la cuenta de Instagram y buscamos distintas mujeres que nos parecían relevantes en la región y las invitamos a ser parte. Les pasamos la clave de la cuenta y durante una semana ellas subían todo lo que querían. Obviamente las ayudábamos con alguna pauta. Pero desde el comienzo funcionó, fue como un boom. Me acuerdo que en ese tiempo, cuando iba a alguna reunión de amigos, todo el mundo me decía “tengo una mujer que quiero nominar”.
También pasaba que la gente se sorprendía de las mujeres de la región. Se repetía mucho la frase “no sabía que había algo así acá”. Entonces se empezó a generar una especie de comunidad.
Cualquiera puede inspirar
Una de las cosas más valiosas del proyecto –dice María de la Luz– es que quienes nos siguen y las mismas mujeres que han sido seleccionadas para inspirar a otras, han descubierto que no necesariamente tienes que ser la dueña de una gran empresa, ni la académica de la universidad más importante, para incidir en la vida de otras mujeres. “Aquí han pasado profesoras, cuidadoras, emprendedoras, mujeres con alguna condición médica, mujeres nómades, músicas, mujeres que no han podido tener hijos, que tienen un emprendimiento. El tema es que a través de su diario vivir muestran la realidad de muchas otras que se identifican con su vida”, cuenta.
¿Y también se crea comunidad?
ML: Crear comunidad es algo tan antiguo pero tan olvidado en el presente. Y es valioso, nosotras lo hemos visto. Las mujeres tenemos muchas tareas, muchos desafíos, sobre todo en regiones como la de Ñuble donde todavía hay alta ruralidad, muchas desigualdades de género; entonces cuando las mujeres encontramos una plataforma o una instancia donde ni siquiera es preciso verse a la cara directamente, pero encuentran ahí alguien que te cuenta sus desafíos, alguien que te cuenta cómo ha resuelto sus problemas, alguien que te puede llegar a ayudar, es muy gratificante. En cierto punto se sienten comprendidas y acompañadas.
Y además lo que ha ocurrido es que las mujeres se sienten valoradas. Cuando las invitamos al proyecto agradecen y lo ven como un reconocimiento. Nosotras les hacemos ver que son ellas las que inspiran a otras y que eso es valioso. Se dan cuenta que lo que hacen es importante y se empiezan a creer el cuento.
¿Qué creen que distingue esta red o comunidad de otras?
MA: Que es transversal. Hay comunidades de emprendedoras, de deportistas, etc. Aquí lo que une a las mujeres que son parte, es que tienen una historia que puede inspirar a otras. Nosotras lo que hacemos es catapultar a distintas mujeres para que sean más visibles dentro de la región.
ML: Y lo que estamos intentando ahora es que esta comunidad no solamente tenga el sello de Chillán, que es la capital de Ñuble, sino que también tenga cada vez más participación de otras comunas que son más pequeñas. Ese ha sido un trabajo arduo pero inspirador para nosotras mismas, porque nos hemos dado cuenta que en otras comunas hay mujeres tremendamente movidas; en Ñuble, y en todo Chile, son las mujeres el motor de la sociedad, de los barrios y también del desarrollo.
Después de estos cinco años de proyecto en que han podido conocer mejor a las mujeres ¿Qué es lo que más les ha sorprendido de este género?
MA: Que funcionan mejor colaborativamente. Las mujeres suelen mirar más su entorno y a las otras mujeres, se identifican con sus historias porque al final todas tenemos un relato común que tiene que ver con que toda la vida nos hemos hecho cargo, además de la pega, de lo doméstico. Y además las mujeres somos apasionadas, realizamos nuestros proyectos no sólo pensando en una retribución económica, sino que porque en algún punto nos hace sentido. Y este proyecto a nosotras dos nos hace todo el sentido del mundo.