Angustiada, el sábado en la mañana del 20 de octubre de 2019, Soledad Lama (48) decidió ver las noticias a pesar de que casi nunca ve televisión. Se enteró de que muchas estaciones del Metro de Santiago habían dejado de funcionar, debido a protestas de estudiantes. Vio que muchas personas no podrían trasladarse de vuelta a sus casas y pensó que tal vez podría ayudar, así que junto a su hija hicieron un cartel que decía #Súbete. Lo puso en el vidrio de su camioneta, y es así como comenzó una campaña que se masificó por toda la capital chilena. Siendo gerente general de la empresa Comaco, la ingeniera comercial escribió por un chat que tiene con empresarios de compañías B certificadas y de la Corporación de Fomento al Emprendimiento (G100) –de la cual forma parte–, y les pidió que se motivaran a seguir su iniciativa.
“Fue maravilloso todo lo que pasó. Esta campaña fue súper linda y prendió mucho. Era una invitación ciudadana a los automovilistas a ofrecer su auto a las personas que estaban en los paraderos llenos pues no había metro. La iniciativa fue muy útil durante varias semanas”, cuenta.
Pero #Súbete fue sólo el inicio de un gran recorrido para Soledad. Ese mismo día, en la noche, junto a empresarios de los mismos grupos que invitó a la campaña, comenzaron a preguntarse cuál era su rol en lo que estaba pasando en Chile, cómo los interpelaba y cómo podían ser parte de la solución.
Producto de estos cuestionamientos, crearon la Fundación Desafío 10x, que busca que en las empresas chilenas no haya una diferencia de más de 10 veces entre los sueldos de las personas de mayor y menor remuneración. Convocaron a las compañías a generar un cambio y disminuir la brecha salarial, liderando con el ejemplo.
Soledad siempre fue una mujer observadora y preocupada por integrar a las personas y a las distintas entidades en la comunidad: ”Cuando ocurrió el estallido social yo no sentía que era un problema del gobierno. Sentía que esto también nos interpelaba a nosotros los empresarios, los que estábamos generando inequidades y brechas importantes al interior de nuestras empresas. Tenía súper claro que lo que pasa en la sumatoria de las compañías, termina siendo un reflejo de la sociedad”.
Movilizando conciencia social
Lo que partió como una iniciativa de 30 personas, en dos semanas se había transformado en una comunidad de 1.400 empresas inscritas en el sitio web del movimiento.
“Desafío 10x es una invitación que hacen los empresarios chilenos a construir un Chile mejor, desde las empresas”, explica Soledad. “Invitamos a conocer, mirar, calcular y tratar de reducir la brecha salarial que generamos al interior de las compañías y a mirar los sueldos de las personas que menos ganan para que sea más ético”.
Para cuantificar cuál sería el sueldo mínimo que una persona debería ganar en el país, realizaron el siguiente ejercicio: Tomaron el ejemplo de una familia compuesta por cinco personas, donde una sola de ellas trabaja. Y definieron que el sueldo de esa persona tenía que ser suficiente para sobrepasar la línea de la pobreza. El resultado fue un sueldo bruto de 22 UF (793.386 pesos chilenos).
A la fecha, han logrado que 2.247 empresas apliquen este sistema, beneficiando a más de 69.000 trabajadores. “Hay muchos empresarios y empresas que están disponibles e interesadas en ser parte de la solución a los problemas sociales de nuestro país”, concluye Soledad, quien fue directora de la fundación desde el año 2020 hasta el 2022.
Energía para ayudar
Soledad Lama fue premiada por la Fundación Mujer Impacta en 2021 por su aporte a la comunidad con Desafío 10x y la campaña #Súbete, y pasó a ser parte de una red de emprendedoras sociales que también están generando cambios positivos en la población.
“Me siento orgullosa de que exista una fundación que pueda visibilizar a mujeres extraordinarias que tenemos en nuestro país. Me encanta la labor, que se den el tiempo de conocer las historias de cada una y de mostrar al mundo su trabajo”, dice sobre Mujer Impacta.
Soledad Lama ha estado muy conectada con ayudar a los demás toda su vida y siempre le ha encantado convocar a voluntarios e ir a lugares que necesitan asistencia: “Estoy muy agradecida por las infinitas oportunidades que me tocaron en esta vida y me siento con la responsabilidad de ayudar a otros que tienen menos oportunidades. Tengo la energía para hacerlo y me llena el alma”.
Comparte que su filosofía de vida la ha ayudado a ser quien es hoy en día: “Todo depende del cristal con que se mire. Yo la verdad es que miro la vida siempre con un cristal teñido por la mentalidad positiva, por la oportunidad y el agradecimiento. La vida es complicada, todos tenemos situaciones distintas, complejidades distintas, pero lo importante es qué hacemos con lo que nos pasa.”