Desde su juventud, Teolinda Higueras (66) ha sido amante de la lectura y, gracias a que convivió mucho tiempo en actividades literarias junto a su abuela “Tola”, desarrolló el sueño de ser bibliotecaria. Aquella meta se fue transformando con el tiempo y Teolinda rápidamente tomó cada oportunidad que se le presentó en el camino para mejorar las condiciones culturales de los sectores más aislados del sur del país. Su proyecto con mayor reconocimiento es la bibliolancha “Felipe Navegante”, la cual utiliza cada semana para ir a las islas más remotas del archipiélago para entregarle a la comunidad la oportunidad de desarrollar su lectura y su conocimiento.
A finales de 1970 Teolinda empezó a trabajar en la biblioteca pública de su comuna gracias a los conocimientos que obtuvo en un curso básico para atención de bibliotecas públicas durante la enseñanza media en Santiago: “Cuando tomé el curso aprendí cosas técnicas como catalogar los libros y clasificarlos según materia. Y ese cursito fue lo que me dio las herramientas para el cargo en la biblioteca pública”, comenta.
Sin embargo, se tuvo que retirar porque, por una mala gestión en la biblioteca, se cerró el convenio con el sistema nacional de bibliotecas públicas. Sin embargo, Teolinda estaba convencida de que se podría volver a armar, entonces habló con las nuevas autoridades para volver a gestionar y firmar convenios para así traer nuevamente la biblioteca al pueblo. En marzo de 1995 asumió como encargada de la recientemente abierta biblioteca: “Yo siempre he sido creadora y pude conducir esa biblioteca de la manera que a mí me gustaba, con las herramientas que yo tenía en el momento”, comenta.
Una biblioteca única
“Al mes ya había hecho toda una trayectoria por tierra en la comuna para llegar con más libros a las personas. Y fue ahí cuando apareció la idea de ir también en lancha por las islas interiores del archipiélago”, explica Teolinda. Rápidamente se dio cuenta del problema que tenían en el sector: muchas islas no contaban con el correcto acceso para fomentar la cultura de sus habitantes.
Así comenzó a no solamente aportar desde su biblioteca pública por tierra, sino que también llevarle los libros a los niños por lancha: “Ese mundo en las islas era de tanta soledad, que al ver a los niños tener solamente acceso a través del encuentro diario con su profesor me inspiró a acompañarlos llevando libros y fomentando la lectura”.
Al terminar su primer recorrido se reunió con el alcalde: “le dije que el sistema nacional de bibliotecas públicas me obligaba a atender a las diferentes islas de la comuna y que yo tenía que ir al menos una vez al mes a cada una”. Algunos de los rincones que visita son Metahue, Mechuque, Añihue y San José y permanece aproximadamente una semana en cada una de las islas para que la biblioteca sea visitada y pueda potenciar la lectura en aquellos sectores más apartados.
Por 21 años el servicio funcionó en lanchas prestadas por el servicio de salud y la Armada, pero gracias a una donación de la ONG Desafío Levantemos Chile, ya cuenta con una embarcación propia. La bibliolancha lleva por nombre “Felipe Navegante”, mide 15 metros y permite que 32 personas estén en su interior para arrendar y leer las variedades de libros que entrega. Esta embarcación es única en el país y lleva 30 años siendo un aporte cultural para los niños y escuelas que generalmente no tienen acceso a este servicio.
Su experiencia con Mujer Impacta
Este proyecto y el liderazgo de Teolinda fueron reconocidos por el Premio Mujer Impacta en 2020, el cual le permitió a ella y a su equipo recibir capacitación sobre gestión cultural y cómo organizar proyectos de alto impacto. Fue gracias a esta formación que lograron postular al fondo PAOCC que entrega el Ministerio de Cultura, un programa de apoyo a organizaciones colaboradoras del estado.
Hoy, la bibliolancha ya no está a cargo de la municipalidad, sino que de una organización comunitaria funcional que Teolinda creó. Y así continúa mes a mes viajando por las islas del mar sureño, cambiando la vida de cientos de niños y jóvenes con la esperanza de que su impacto en ellos genere también un cambio. “Este es un programa que no te da lucas, pero te entrega lo sentimental, que es alegrarle la vida a la comunidad que nada tiene”, dice Teolinda.