Mukbang es un concepto que proviene de dos palabras coreanas: comer y transmitir. Podría definirse como una especie de show dedicado exclusivamente a una cosa: la comida. Pero no a hablar de comida o preparar nuevas recetas, sino que simplemente ver a otros comer. Y verlos comer con gusto. Aquellas preparaciones que muchas veces no nos permitimos a nosotros mismos porque consideramos que son una indulgencia y que no tienen cabida en una dieta saludable. Entonces, un mukbang es una forma vicaria de darnos ese gusto y de, al menos, a través de ver a otro comer aquello que nos gustaría pero que nos prohibimos, disfrutar de la comida.

Este formato de video que hoy existe principalmente en Youtube empezó en 2010 en Corea y no tuvo su origen asociado a los excesos ni a la comida rápida, más buen surgió como una forma de darse compañía a través de transmisiones en vivo o livestreams entre personas que vivían solas y que, por ende, comían solas. Pero, a medida que se fueron popularizando en otros países del mundo, sobre todo en Estados Unidos, la tónica del mukbang fue cambiando y derivó en algo muy diferente: hoy los videos de mukbangs más populares que pueden encontrarse en Youtube tienen hasta 160 millones de reproducciones y muestran a personas comiendo enormes cantidades de comida. Prácticamente todos los componentes de un mukbang actual corresponden a alimentos que consideramos fast food o ultraprocesados. Existen canales dedicados exclusivamente a publicar este tipo de videos con millones de seguidores como Nikocado Avocado, Sulgi o Eat with Boki y los exitosos Youtubers detrás de ellos han forjado lucrativas carreras comiendo frente a la cámara.

Pero además de la tendencia del mukbang, existen otros formatos dentro y fuera de Youtube que han invadido las redes sociales y que promueven el consumo excesivo —y muchas veces descontrolado— de comida. Desafíos de comer 10.000 calorías o más en 24 horas y los populares cheat days o día trampa en los que las personas que han seguido dietas rigurosas generalmente asociadas a regímenes de ejercicios muy exigentes se permiten salir de la dieta por un día pero no de forma improvisada, sino que llevando una lista de alimentos que han estado anhelando y que esperan consumir en una especie de ‘es ahora o nunca’.

Si bien comer ha sido un placer para muchos e incluso un hobby para otros desde los inicios de la historia, ver a otros comer como un pasatiempo es ciertamente un fenómeno nuevo. Y pareciera que cada vez más se aleja de la categoría de los contenidos de nicho. Existe un enorme público que disfruta de ver a otros comer.

María Jesús Godoy, psicóloga clínica especialista en trastornos de la conducta alimentaria explica que existen diversas razones por las cuales este tipo de contenidos pueden ser atractivos para una audiencia tan masiva. “En primer lugar hay una experiencia multi sensorial y al ver estos videos se activan distintos sentidos”, comenta la terapeuta. Tal como menciona María Jesús, muchos de los videos vinculados al consumo de grandes cantidades de comida también incluyen contenido ASMR o de Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma que se activa con ciertos sonidos e imágenes —como los que se producen al masticar y tragar ciertos alimentos— y que generan un efecto relajante en algunas personas. Sin embargo, la especialista agrega que existen otras razones por las cuales ver a otros comer puede ser tan atractivo. “Ver un video de una persona comiendo refuerza el aspecto cultural. El sentido de ser comensal”, explica. Y agrega que además en algunos videos se comenta lo que la persona va comiendo lo que genera una suerte de intimidad y conexión con ese otro.

Sin embargo, la tercera razón y quizás la más problemática, es la liberación psicológica relacionada al acto exagerado de devorar grandes cantidades de comida en poco tiempo. “Va en contra de las normas convencionales a la hora de comer”, explica María Jesús Godoy. Agrega que hay personas que reportan una sensación de relajo tras ver estos videos. “Los confronta con esta idea de que comer mucho o comer ciertos tipos de alimentos esta prohibido entonces se genera una suerte de espectáculo en donde existe cierta tensión también de saber si esta persona va a lograr comer toda esa cantidad de comida. Es muy similar al fenómeno de las competencias de comida o de quién come más”, comenta. La especialista agrega que para muchas personas el atractivo proviene de la restricción ya que, a través del video experimentan el placer de comer lo que no se permiten comer en la vida real. “Las personas que ven estos videos puede ser que no coman todos estos alimentos ya sea porque los restringen o porque hay una brecha cultural y se genera una suerte de placer vicario en la que estos alimentos que no se comen o que están prohibidos al ver me genera una cierta satisfacción. Puedo disfrutar a través de otros que sí pueden comer”.

Y es que pareciera que el comer en exceso se hubiese vuelto un espectáculo que atrae a las masas. “Nos llama la atención porque el comer voraz no es algo que esté convencionalmente permitido, entonces en general no se hace a vista de todos”, explica María Jesús Godoy. La especialista en trastornos de la conducta alimentaria comenta que ver a otros comiendo de esta forma, contraria a lo socialmente aceptado genera cierto morbo y eso nos atrae.

Hasta hace algunos años las redes sociales estaban principalmente abarcadas por el polo opuesto, por contenidos que promovían dietas restrictivas, fotos de modelos extremadamente delgadas y adolescentes documentando sus experiencias tratando de bajar de peso. Hoy muchas plataformas como TikTok e Instagram han implementado moderadores para ciertos hashtags buscando prevenir la difusión de este tipo de información que, se sabe, promueven los trastornos alimentarios. Sin embargo, muy poco se habla de los riesgos asociados a aquellas publicaciones que normalizan el comer más allá de la saciedad e incluso los atracones de comida altamente procesada.

Andrea Matamala, nutricionista especialista en psiconutrición y TCA, explica que comer en exceso, pero sobre todo en las cantidades en las que lo hacen los participantes de mukbangs u otros tipos de videos, es perjudicial para la salud. Y puede traer consecuencias serias tanto físicas como psicológicas: enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, hipertensión, dislipidemias, entre otras. “La conducta alimentaria que se muestra en el mugbank es peligrosa y podría gatillar un trastorno alimentario o incluso los participantes ya podrían tenerlo”, explica Andrea. La nutricionista comenta que existen distintos riesgos asociados desde el punto de vista de los TCA. “Pueden desencadenar distintas conductas como trastorno por atracón, es decir, comer exceso de comida en un periodo corto de tiempo, o también otros trastornos con conducta compensatoria ya que algunos de estos Youtubers famosos tienen la conducta de hacer ejercicio en exceso luego de grabar su programa”, comenta. “Es importante reconocer que a pesar de ser videos llamativos para cierto grupo de personas son conductas anormales y dañinas”.

La psicóloga María Jesús Godoy concuerda con que comer más allá de la saciedad es una conducta alimentaria alterada. Y quienes presentan conductas alimentarias alteradas pueden estar en riesgo desarrollar un trastorno. Agrega que otro de los peligros que reviste este tipo de contenidos es el mensaje confuso que entregan. “Hay un mensaje extraño, como que comer más allá de tu saciedad al punto de vomitar o al punto de tener algún método compensatorio fuese algo que está bien”, comenta. “Da como ejemplo algo que claramente es una situación de riesgo. Pero aquí es muy importante recordar que en el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria influyen varios factores. No es solo causa y efecto de una cosa pero sí puede poner en riesgo a quienes lo ven”.