LA PREGUNTA
"Antes de la cuarentena jugaba con mis hijos de vez en cuando, pero lo habitual era que mi marido cumpliera ese rol. Yo los regaloneo un montón de otras maneras, pero es con él con quien hacen más actividades lúdicas. Cuando entramos en confinamiento, y como íbamos a pasar mucho tiempo juntos, empecé a jugar más con ellos, pero ahora que llevamos más de un mes en la casa, en verdad ya no quiero ser la encargada de su entretención. Puedo y me gusta jugar con ellos de repente, pero la verdad es que la exigencia diaria me tiene cansada. Y lo que más me preocupa, es que le estoy agarrando una especie de fobia al juego con ellos. Cuando les toca las comidas y el baño todo bien, pero cuando me piden jugar, me he visto inventando jaquecas y otras excusas para no hacerme cargo. Una pequeña parte de mí se siente un poco amarga, pero creo que el coronavirus ha dejado en evidencia que no sirvo para eso. ¿Afectará eso en nuestra relación?"
Paz Urrutia, 38 años.
LA RESPUESTA
Respecto de los roles de los padres dentro del hogar, cuando se observan los datos de uso del tiempo, lo que se evidencia es que hay una segmentación de actividades que se relacionan con el padre y con la madre. Aquellas tareas organizativas y emocionales, que requieren mucho tiempo, tienden a recaer más en las mamás. Así lo confirma una serie de investigaciones sobre parejas heterosexuales publicadas en Journal of Family Issues. En ellas se evidencia que los padres tienen más probabilidades de participar en juegos recreativos que las madres. Según las investigaciones, es más probable que las mamás realicen el trabajo diario, como el cambio de pañales y compra de ropa.
Carla Rojas, Coordinadora de Inclusión y Género de la Facultad de Negocios de la Universidad de Chile, dice que esto tiene que ver con que en nuestro país existe una carga muy estereotipada respecto del cuidado. "Desde pequeños, a mujeres y hombres se nos sitúa según nuestro género en roles específicos: las mujeres relacionadas al cuidado y los hombres a lo productivo". Según la experta, el trabajo pesado emocional y organizacional que hacen las madres en tiempos normales se ha visto intensificado en este momento. Cuando ambos padres trabajan desde la casa ¿quién está trabajando en la mesa del comedor y quién está trabajando en el escritorio? ¿A quién interrumpen los niños constantemente? Si las madres intentan mantener unida a la familia y su trabajo, no queda mucho espacio, además, para la diversión.
Respecto de la consecuencia que tiene esto en los niños, la psicóloga infantil, Romina Valenzuela, dice que "no es necesario que ambos padres estén siempre inventando maneras de entretener a los niños, ni que asuman el rol del 'divertido'. Si al menos uno de los dos se encarga de entretenerlos, eso es saludable para los pequeños". Y no es necesario tampoco que sea a tiempo completo. "Los niños también pueden tener espacios de ocio y no les pasa nada. Por eso lo que más hemos recomendado en este tiempo es la importancia de una rutina que incluya todo tipo de actividades", agrega.
Los espacios de entretención –según la experta– son importantes porque el juego es una de las primeras fuentes de socialización en la infancia y una buena forma de educación emocional. Pero es clave que se desarrollen en un contexto libre de estrés. "Si una madre se fuerza a ejecutar un rol en el que no se siente cómoda, sumado a que tiene que cumplir otros más, evidentemente va a sentir presión e incluso angustia por no poder con todo", dice. Y lo único importante para las niñas y niños es que sus cuidadores estén estables emocionalmente.
Por eso, "en estos tiempos en que ya hay suficiente estrés por lo que está pasando fuera del hogar, lo recomendable es que nadie se sobreexija. Si hay más de un cuidador, una buena idea es ir alternando roles, siempre y cuando todos se sientan cómodos en ellos. Cada una de esas tareas será un aporte en el desarrollo de las niñas y niños", concluye.