Ya en el censo 2017, 9.919 personas en Chile se identificaron como afrodescendientes, equivalentes al 0,06% de la población nacional, considerando tanto inmigrantes como comunidad afrochilena; una cifra que, tras cinco años, va creciendo exponencialmente. Pero a pesar de este cambio cultural, el racismo en Chile sigue arraigado en la cultura y gene que hombres y mujeres afrodescendientes reciban a diario un lenguaje discriminatorio, no solo de parte de personas conscientemente racistas, sino también, a veces sin saberlo, de los que se consideran a sí mismos más “progresistas”. Con ayuda de la activista dominicana Milena Martínez, @soyelsantoafro, radicada hace 10 años en Chile, conocida en redes sociales por darle un espacio a la corporalidad afro, elaboramos esta guía con algunas frases, comentarios y preguntas, concientemente racistas o no, que las personas blancas suelen hacerle a afrodescendientes. ¿Conoces algunas más?

  • “Te pareces a… (cualquier persona famosa afrodescendiente)”. Es equivalente a cuando se dice que todos los chinos son iguales: no. Así como nadie anda diciendo que te pareces a otro blanco solo por la piel, es ofensivo que un afrodescendiente te recuerde a otro solo por serlo.
  • “¡Estuve todo el verano en la playa y estoy casi tan negra como tú!”. Tener la piel negra no es una moda, un accesorio, o algo de “quita y pon”.
  • “Me encantan los negros”. ¿Los conoces a todos?
  • “¡Me encanta tu pelo!”(tocándolo). Para las personas afrodescendientes, sobre todo para las mujeres, el llevar su pelo natural ha sido una lucha en una sociedad que rechaza la identidad negra. Puede que la intención sea un cumplido, pero a nadie le gusta ser el decorado exótico y por sobre todo: no se comenta, para bien o para mal, del cuerpo de los demás. Y jamás toques a otro sin su consentimiento.
  • “¡Trabajo como negra!”. Milena lo explica de manera simple: “Esto se refiere directamente a la esclavitud y es ofensivo”. Se trata de un lenguaje automático que cuesta erradicar, pero es un buen ejercicio empezar a cuestionarnos de dónde vienen las expresiones que usamos y si tiene sentido seguir ocupándolas en la actualidad. En este caso apela al sufrimiento de generaciones de afrodescendientes y no es un chiste.
  • “Tengo una pena negra”. Existen en nuestro lenguaje diario diversas formas de referirnos a lo negativo como algo “negro”: “Quedé negra” para decir que quedaste mal con una noticia o estar pasando una “época negra” para identificar una mala racha. Esto solo perpetúa que se siga asociando lo negro con algo negativo y no ayuda en nada a erradicar el racismo.
  • “Es que ustedes las negras llevan el ritmo en la sangre”. Creer que las personas afrodescendientes bailan o cantan bien solo por serlo es generalizar y perpetuar un estereotipo reducido a una imagen folklórica. Puede además generar en el otro una ansiedad por no cumplir esa expectativa. En el mundo hay gente que baila bien y gente que baila mal.
  • “Tú eres un buen ejemplo para tu raza”. Es parte de las frases que le ha tocado escuchar a Milena. “Básicamente es porque se relaciona que la gente negra es delincuente o mala persona, lo mismo con los migrantes”. Nuevamente se supone que es un cumplido poner al otro como la excepción a la regla, pero no lo es.
  • “Tengo una blusa “color piel””. ¿El color de qué piel?
  • “Es una persona “de color””. ¿De qué color?
  • “Pero tú no eres negra, tienes un color más clarito”. “Esta me la dijeron personas muy cercanas para referirse a mis hijos, como queriéndome decir que ellos no son negros porque su piel no es negra oscura. Es como una especie de negación, es no entender que el ser negro no tiene que ver con color sino con cultura”, dice Milena.
  • “Eres negra, pero una negra bonita”. “Ese PERO insinúa que las personas negras son feas y tú eres la excepción a la regla”, dice Milena, y es una expresión más común de lo que se quisiera; un “cumplido” que resulta tremendamente irrespetuoso.