Las personas con discapacidad o en situación de discapacidad en Chile son el colectivo minoritario más grande del país. De acuerdo a las cifras del Segundo Estudio Nacional de Discapacidad, efectuado en 2015, en Chile hay más de 2,83 millones de personas con discapacidad, y en cifras del INE, se estima que ese número ya haya sobrepasado los 3.28 millones. Junto a la comunidad de @encuentratulugar.cl, plataforma que ayuda a las personas en situación de discapacidad a encontrar lugares, establecimientos y trabajos inclusivos, realizamos un listado de palabras en desuso, definiciones incorrectas y acciones desafortunadas que pueden resultar ofensivas.

1- Discapacitado/ Incapacitado

Desde la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas se dispuso que el término adecuado para referirse a este grupo de la población es Personas con Discapacidad (PCD) o Personas en Situación de Discapacidad. Al llamar a alguien directamente “discapacitado” se estaría sugiriendo que la discapacidad es parte de su definición como ser humano y no lo es, por eso la persona siempre va primero. En cuanto a “incapacitado”, no está de más recordar que las personas en situación de discapacidad son perfectamente capaces de trabajar, estudiar, ejercer su ciudadanía, tomar decisiones y todo lo que se propongan si como sociedad logramos disminuir o eliminar las barreras del entorno y entregamos un buen apoyo social para esta inclusión.

2- Minusválido/Inválido

Es cosa de ir a la raíz etimológica de estas palabras, que resumen todo un espectro de connotaciones negativas, para entender que a ninguna persona le gustaría ser llamada así; nadie es más o menos válido que otro. Ambos términos, que ya se han dejado atrás hace décadas, son ejemplo claro de cómo el lenguaje tiene la fuerza de cambiar la realidad.

3- Capacidades diferentes/necesidades especiales

El movimiento internacional de Personas con discapacidad defiende la discapacidad como parte de la identidad cultural de las personas y promueve el orgullo de ser PCD. Por esta razón, se sostiene y defiende que todas las personas tienen el mismo valor en tanto seres humanos y, desde ese principio de igualdad, no existen las ‘capacidades diferentes’ o ‘necesidades especiales’. “Todos y todas tenemos las mismas capacidades (potenciales, reales o en desarrollo) y necesidades (amar y ser amados, comer, vestirse, tener salud, sobrevivir). Todos y todas compartimos la misma esencia humana en igualdad. Lo que nos diferencia no tiene que ver con nuestras capacidades o necesidades, sino con las barreras del entorno”, dicen.

4- Hablar de una vida normal/ anormal

Ojo cuando hablamos de ˝vivir una vida normal” o hacer las cosas “de manera normal”; el concepto de normalidad es algo muy cuestionado y relativo según la realidad de cada persona. Mirar a las personas en situación de discapacidad con la vara de lo “normal” solo puede ser frustrante y ofensivo para ellos. De encuentratulugar.cl piden evitar además comentarios tales como “No pareces…” “Te ves normal” o “¿en serio tienes discapacidad?” “Se suele invisibilizar a las personas que tienen discapacidades invisibles, por ejemplo negar el uso del ascensor (exclusivo para personas con discapacidad) a quienes tienes artritis. Juzgar a quien dice que tiene discapacidad y no se ve; o discriminar a quienes aparentemente no cumplen con los estándares considerados a la norma (neurodivergente) generando exclusión social pero a su vez contradiciendo con que “se ve normal, entonces debe tener un grado muy bajo”, siendo que los grados no existen, sino que sólo mayor o menor nivel de apoyo”.

5- “Cieguito”, “sordito”, “cojito” o cualquier diminutivo

“Los eufemismos, como “sordito”, “cieguito” o “Juanito, que tiene discapacidad”, hay que evitarlos, ya que esto trae un mensaje de infantilización permanente y no de acceso a la responsabilidad ciudadana”, dicen las recomendaciones del uso de lenguaje inclusivo para personas en situación de discapacidad, realizadas por el CNCA. El peor es “pobrecito”. “Las personas con discapacidad pueden lograr todos sus objetivos y tener una vida con las mismas condiciones que alguien sin discapacidad. La discapacidad está en el entorno y no en las personas”, dicen de @encuentratulugar.cl

6- ¿Qué te pasó? (en tono triste)

Cuando se ve a una persona con discapacidad, lo primero que se le suele preguntar en un tono de tristeza es ¿qué te pasó?, incluso si la discapacidad ha sido durante toda la vida. “El tono y la pregunta hace que se genere un momento incómodo. Es bueno preguntar para informarse y a la vez enseñar, pero el ser una persona con discapacidad no es algo para tener lástima, ya que es una condición que forma parte de la persona y que no impide desarrollar una vida como cualquier otra”, dicen de @encuentratulugar.cl

7- Sufrir discapacidad o estar enfermo:

Llamar “enfermo” a alguien con discapacidad no está bien: la discapacidad no es una enfermedad, es una situación que puede desaparecer si se eliminan las barreras del entorno. Las personas ciegas, sordas o usuarias de sillas de ruedas están en su mayoría perfectamente sanas, más bien su “discapacidad” surge cuando no encuentran las condiciones que les aseguren su inclusión plena en igualdad de oportunidades. No se “sufre”, “padece”, se “es víctima” o se “está afectado” con una discapacidad, tampoco se está “relegado” o “confinado” a una silla de ruedas. Las personas viven o se encuentran en una situación de discapacidad, no condenemos una experiencia de vida al sufrimiento. Tampoco tienen un “defecto” de nacimiento: Cuando una persona tiene una discapacidad que viene desde su nacimiento, nuevamente es importante concientizar la importancia de sacarnos el lenguaje negativo, se dice “discapacidad congénita”.

8- Siempre pregunta antes de dar asistencia:

Como bien se mencionó anteriormente, antes de tener discapacidad, son personas. Por ende, al momento de ver a una persona con discapacidad, no tomes su ayuda técnica (Silla de ruedas, bastón, andadores, etc) sin preguntar antes si realmente necesita asistencia. “Muchas veces hay personas en situación de discapacidad que pueden sobrellevar esta barrera y no necesitan de su asistencia”.

9- Si quieres algo de la persona con discapacidad pídeselo a ella, no a su acompañante:

“Muchas veces se cree que la persona con discapacidad no comprende el entorno en el cual se desenvuelve y recurrimos a hablar directamente con su acompañante. Por ende, provoca incomodidad por parte de la persona con discapacidad y provoca ansiedad e inseguridad por no saber en qué posición ha sido encasillado la persona con discapacidad. Esto también aplica para las personas sordas que van acompañados de un intérprete de LSCH”. Dicen de encuentratulugar.cl

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