Antes y después del coronavirus: Una nueva realidad sexo-afectiva
Luego de vivir meses sin poder abrazar a amigos ni abuelos ¿podremos darle un beso o tener relaciones sexuales con alguien a quien recién estamos conociendo? Esta es una pregunta personal, y así como todos estamos viviendo la pandemia de formas distintas, una vez que termine la crisis sanitaria será muy personal también la forma en que vivamos sus resultados a nivel mental. Pero lo cierto es que, así como casi todo está cambiando, es altamente probable que las relaciones sexo-afectivas no vuelvan a ser las mismas.
Para la psicóloga magíster en afectividad y sexualidad, Francisca Burgos, la pandemia marcará un antes y un después en cómo nos relacionamos con las personas desde un punto de vista sexual o de relaciones amorosas. “Entre mis pacientes he visto un aumento en el uso de aplicaciones de citas o personas que están teniendo citas online o por teléfono”, cuenta. Y añade: “Esta pandemia, en cierto sentido, le quita la liviandad al encuentro sexual o a prácticas como besos o caricias, porque hay un riesgo de exponerte al contagio”.
De hecho, la experta cuenta que más que chatear o escribirse, las personas buscan mayor cercanía con sus citas virtuales o con quienes están conociendo, por lo que las llamadas telefónicas o por video han ido ganando terreno. No es por nada que Tinder ya anunció que para las próximas semanas lanzará una modificación gracias a la cual las personas podrán hacer videollamadas sin compartir su información personal. “Esta es una oportunidad para conocerse y generar una relación emocional antes de ir a lo sexual”, asegura Francisca Burgos. “Sí hay gente que se está arriesgando y saliendo para encontrarse, pero he visto que muchos antes evalúan su comportamiento en la pandemia y qué riesgos de contagio representan”.
Un giro hacia la estabilidad
Hace un par de semanas el medio español El País publicó un especial donde distintos expertos hablaban de cómo la crisis sanitaria provocada por el Covid-19 iba a cambiar al mundo en diferentes ámbitos. La directora de estudios de la Escuela de altos estudios de ciencias sociales en París y profesora de sociología de la Universidad Hebrea de Jerusalén, Eva Illouz, escribió sobre cómo las relaciones más estables se iban a volver tendencia después de la crisis.
Según explica, el confinamiento mostró una división entre quienes viven solas y quienes cuentan con una persona importante para interactuar. “De repente estar soltero no era un estilo de vida, sino un decreto impuesto a las personas obligadas a vivir la falta de relaciones sexuales y calor humano. Seguramente esta experiencia de aislamiento obligatorio y lo que ello entraña (el celibato forzoso) hará que aumente el número de personas que quieran establecer vínculos estables y con sentido”.
“Muchos jóvenes que viven solos se han dado cuenta de la importancia de tener una pareja y un vínculo estable”, agrega Francisca Burgos. Varios que antes pensaban que era mejor tener distintas parejas y vivir una soltería que traía grandes satisfacciones ahora se ven ante la urgencia de entablar vínculos. “Piensan que quizás una relación de pareja les podría entregar esa contención y cariño que les hace falta”, analiza la psicóloga.
Un cambio generacional
Aunque seguir atravesando esta crisis hace difícil pronosticar qué pasará en el futuro, no es muy alocado asumir que nuestra forma de vivir y relacionarnos va a cambiar, quizás permanentemente y aunque a la enfermedad se le encuentre cura. “Veo poco probable que las cosas vuelvan a una normalidad. Van a faltar un par de generaciones para que eso pase”, dice Francisca. Según cuenta, la creatividad que ha forzado esta situación ha generado formas de conectar afectiva y sexualmente que, aunque hayamos dejado atrás el miedo al contagio del Covid-19, se van a mantener.
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