Así como muchas personas están pensando en adoptar mascotas para aprovechar el tiempo que da el aislamiento, algunas están empezando a armar una colección de plantas. Animan los ambientes, entretienen y una vez acostumbrados, su cuidado forma parte de la rutina.
“No hay absolutamente nada que imposibilite a una persona tener plantas”, asegura Javiera Klug, experta en cuidado y creadora de la cuenta de Instagram @LaLocaDeLasPlantas.cl. “Si tenemos hijos chicos hay que tener cuidado porque hay algunas que al ingerir son peligrosas, como los Philodendros o algunos cactus que pinchan, pero la verdad es que las hay para todos los gustos. Y en cuarentena, tenerlas, verlas crecer y cuidarlas puede ser hasta terapéutico.”
Otra opción es adquirir una planta llamada Lengua de suegra, que solo crece si no se cuida y además purifica el aire. También están las cactáceas y suculentas, que se adaptan bien a múltiples ecosistemas domiciliario.
Encontrar la planta perfecta
Antes de comprar una plata hay que hacerse algunas preguntas, por ejemplo, dónde va a vivir. Existen plantas de interior y exterior, y plantas que necesitan más o menos luz. “Si vivimos en un departamento al que le llega poca luz, es recomendable tener una de interior, que generalmente provienen de climas tropicales, por lo que se adaptan a lugares luminosos sin sol directo”, explica Javiera. Y agrega: “Antes de comprar una hay que preguntar su nombre e investigar sobre sus condiciones ideales”.
Para quienes quieren tener plantas, pero no disponen de mucho tiempo ni buena memoria, existen especies que requieren menos cuidados como los cactus y las suculentas, pero Javiera asegura que si se ha investigado sobre el ambiente ideal para nuestras plantas y les damos el hábitat que necesitan, todas pueden ser fáciles de cuidar. “La clave está en conocerlas para saber qué es lo que necesitan”.
Los accesorios
Hay varias tiendas online con muchas variedades de plantas para comprar, lo importante es fijarse bien en los detalles para no llevarse sorpresas, ya que no siempre vienen con sus maceteros y, en muchos casos, se deben comprar por separado. “Por lo general cuando compras una planta viene con un envoltorio de plástico de color negro que se usa para que la luz no alcance el suelo y así prevenir el crecimiento de las hojas. Al llegar a la casa con ella lo ideal es trasplantarla a un macetero que debe tener un material y tamaño adecuado ya que no es simplemente un contenedor, es el hogar de la plantita”, dice Paula Barnes de @plantawoman.
¿Cómo se elige el indicado? “Lo primero es que tenga drenaje, es decir, al menos un hoyo para que salga el agua. Esto es muy importante pues una de las principales causas de muerte de las plantas es exceso de agua. Lo segundo es el tamaño de la plata, pues lo que se recomienda siempre es comprar un macetero un poco más grande que la bolsa o macetero original con que venía para darle espacio para crecer”, dice Javiera Klug.
¿Y la tierra? Idealmente tierra de hoja, que sirve para todas las plantas. “Si a esto le sumamos compost, humus de lombriz o cualquier abono natural, la planta va a tener una fuente muy rica en nutrientes para crecer más fuerte y sana. Es bueno mezclar con 10% de perlita u otro agregado mineral que ayude con la oxigenación y retención de humedad de las raíces”, dice Javiera.
Ahora, a cuidar la planta
Una vez seguidos los pasos anteriores, viene la parte del cuidado para que crezca feliz y fuerte en tu hogar. Para eso es indispensable regarla, pero ¿cómo saber cuándo hay que hacerlo? Javiera Klug dice que la clave es ver la tierra o sustrato. “Cuando el sustrato está seco podemos darle más agua. Para saber si es el momento podemos usar un palito de mondadientes y revisar cómo está el fondo, ya que a veces la superficie se ve seca, pero la zona de las raíces sigue húmeda”, dice.
Para regar existen distintos métodos, siendo el más común el riego desde arriba, donde se moja el sustrato directamente, no las hojas. Y no olvidar poner un plato debajo de la planta para que reciba el exceso de agua que pueda salir de ella. Otra forma de hacerlo es el riego por inmersión. “Consiste en introducir la planta a un recipiente con agua y dejarla unos 15 minutos. El agua no debe tapar el macetero”, dice Javiera, y explica que esta metodología se debe repetir cada 10 días o incluso cada dos semanas.