Hablando con mis amigas respecto a la pandemia, el aislamiento y la situación general que estamos viviendo, casi siempre la conclusión es que no podemos salir de esto de la misma manera en la que entramos. O sea, de todo esto algo tenemos que aprender, aunque sea propiciado por el hecho de estar más tiempo solas con nosotras mismas y nuestras emociones.
“Estar aislados y muchas veces solos nos puede ayudar a replantearnos la manera en que vivimos”, explica la psicóloga María Cristina Moya, y asegura que la forma en que nos enfrentemos a esto va a depender fundamentalmente de cómo se encontraba nuestra salud mental previo a la crisis sanitaria. “Y una buena salud mental no es el estado mayoritario de los chilenos, particularmente de los santiaguinos, quienes tienen índices de depresión y ansiedad altísimos, además de otros trastornos de índole mental”, añade.
“Estamos frente a una oportunidad de aprendizaje indudable”, asegura Paula González, fundadora y directora de la organización de coaching basado en eneagrama, Enea Coach. “Deberíamos aprender cómo es que queremos vivir, qué es lo que queremos priorizar y quién queremos ser en este corto paso por el plano de esta existencia”, añade. Según explica, nos encontramos ante un buen momento para pensar en qué es lo que queremos cuidar, qué queremos mejorar y desde dónde podemos aportar a la sociedad de la que somos parte.
Aprender en soledad
Según María Cristina Moya entre sus pacientes que tenían distintos problemas de salud mental ha visto cómo ha aumentado su malestar producto de la soledad y el aislamiento, mientras que quienes han estado en un estado mental más sereno “han podido replantear su manera de vivir y sacar lecciones de esta crisis”. “Varios de ellos meditan y realizan prácticas de mindfulness cuyo foco es mantenerse centrados en el momento presente, dejando fuera las preocupaciones del pasado y futuro”, asegura.
Entre los pacientes que han podido hacer este ejercicio, hay una mujer que se está cuestionando si realmente necesita tanta ropa y se dio cuenta que, muchas veces, sus compras eran compulsivas. Otra mujer adulta mayor que se sentía negada para la tecnología aprendió a usar Zoom y ahora siente que usar este tipo de herramientas es más fácil de lo que creía. “Y un paciente se dio cuenta del gran valor de la solidaridad y de la cooperación entre todos como algo esencial para afrontar la pandemia”, añade, sobre un hombre que hasta ahora se caracterizaba por ser muy competitivo y pensar que el éxito era dejar atrás al otro.
“Aprenderemos que la soledad, la interacción y las relaciones amorosas no son cosas de piel ni de contacto físico, sino que de relación y vínculo”, añade Marcelo Fagalde, Director Académico de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Las Américas. Y explica: “El aislamiento es un asunto de falta de comunicación verdadera y, afortunadamente, las redes existen. Sin embargo, la situación actual nos muestra que en general la comunicación no es algo fácil”.
Según el académico, el contexto actual es una oportunidad para darnos cuenta de que nuestras relaciones importantes van más allá de lo físico. “Contamos con un espacio para replantear la calidad de nuestros lazos y graduar nuestras expectativas, dándonos cuenta que lo importante es estar y ser junto a las personas que queremos, contar con confianzas y lazos de afecto”.
Por otro lado, Paula González asegura que este también es un buen momento para ser honestos con nosotros mismos. “Podemos entender cómo es que nos engañamos, cómo engañamos a los demás y cómo podemos acercarnos a una vida más alineada con lo que nos hace vibrar”. Según González, los humanos sabemos evadir muy bien lo que no pasa y nos genera problemas, evitando enfrentar nuestros dolores. “La vida”, asegura, “nos entrega innumerables espacios de aprendizaje, va en nosotros tomarnos esa oportunidad. Hay que estar atentos, ya que cuando no lo hacemos la vida nos sigue trayendo aquello que necesitamos para evolucionar”.