La Britney colegiala, la intergaláctica, la con la boa al cuello. Habiendo tantas versiones de esta estrella del pop, el Oráculo podría haber apuntado a cualquiera de ellas, pero puso su ojo en la Britney de 2007, recién salida de una peluquería en California, rapada y atacando a un paparazzi con un paraguas. La imagen se convirtió en una infame representación de la crisis mental, y la vida privada de Britney en un circo mediático. Lo cierto es que la joven cantante ya luchaba con problemas de adicción y de violencia intrafamiliar y fueron pocas las miradas compasivas sobre su situación.
Más allá del humor cruel que rodeó este incidente, algunos han querido ver en el hecho de que ella se deshiciera de su pelo un gesto radical de renuncia a la belleza tradicional, virginal e infantil que le dio su fama. Porque a partir de este punto, el cuerpo de Britney se convirtió en objeto de atención, crítica y risas, muy distinto a lo que generaba en el pasado. Ya no era una niña tierna ni una joven sexy. Era un ser humano determinado y al borde de la locura.
La suya es una historia trágica, pero que esconde una lección importante. Después de muchos intentos por sanarse, Britney Spears terminó haciéndose cargo de sus adicciones y de su salud mental, reencontrándose finalmente con su poder. Ha sido capaz de reinventarse, de superponerse y actualmente de reconocer que si no nos cuidamos a nosotras mismas, es imposible que estemos bien. Para ella, el aprendizaje fue el de saber enfrentar la cárcel que es la fama. Y el Oráculo nos recuerda que si Britney pudo superar su crisis, nosotras también podemos las nuestras. Sean cuales sean.
- La belleza no tiene precio: En un millón de dólares trató de vender el pelo de Britney el peluquero que la rapó en eBay, pero la compañía bajó el post por ir en contra de su política.
- Menos de 24 horas: En 2007 Britney entraba y salía por menos de un día a distintos centros de rehabilitación. Tuvieron que pasar años para que se tomara el proceso de enfrentar sus adicciones en serio.
- ¡Es humana! El fan de Britney, Chris Crocker, se hizo famoso el mismo año que la cantante tuvo su crisis por un video en Youtube en el que lloraba pidiendo que la dejaran en paz.