Aunque sabemos que la muerte es la única certeza de la vida, nos resulta difícil hablar de ella. Y si para nosotros los adultos es un tema complejo de entender, para los niños lo es más todavía. Pero es importante hacerlo porque es inevitable, y en tiempos de pandemia, donde a diario nos enfrentamos a cifras de muertes y a la posibilidad de perder a un ser querido, es fundamental.

“Durante las últimas semanas hemos tomado conciencia de que los niños se preocupan sobre la muerte y sobre si esta podría llegar a sus seres queridos”, explica la doctora Soledad Herrera, psiquiatra de Clínica Alemana y del COSAM de La Granja, quien ha estado trabajando el tema de la muerte en la infancia. “Puede que los niños no lo digan porque no logran instalar el tema de conversación, pero si insistimos un poco podemos hacer un espacio íntimo para hablar del escenario posible de la muerte”, agrega.

Cuando son chicos, por lo general a los niños no les complica el tema. La ven en las mascotas, en la televisión, incluso en las hojas de los árboles. Es recién alrededor de los 10 años que aparece la idea de que ellos mismos podrían morir.

Para la especialista, es fundamental tratar el tema de forma directa, sin incomodar y luego de haber reflexionado sobre nuestros propios sentimientos y miedos. “Hay que estar preparados para enfrentar las preguntas que puedan tener, porque algunos niños pueden querer hablar del tema de la nada y sorprendernos mientras estamos haciendo otras cosas, sin previo aviso”.

Con el objetivo de tener claridad sobre qué les diremos y cómo responderemos, es importante saber cuáles son nuestras propias creencias, si somos religiosos o no, si creemos en al vida después de la muerte o no, y ser honestos en ese sentido. Pero cuidado, que muchas veces los adultos podemos sobre analizar las preguntas y enredarnos innecesariamente.

“Debemos parar y preguntarles por qué nos preguntan esto para entender de dónde viene su inquietud y a partir de ahí, responder”, recomienda Herrera, y añade que en muchos casos la respuesta que tenemos que dar es mucho más simple de lo que pensábamos: “Así podremos ser más claros, no les mentiremos y no los incomodaremos”.

El duelo

Distinto es hablar sobre la posibilidad de la muerte de un ser querido, y que un niño se tenga que enfrentar directamente a que alguien que ama o que conoce muera. “Lo primero que hay que hacer es expresar condolencias”, recomienda la doctora Herrera, con el objetivo de que entiendan que está bien sentir lo que sea que estén sintiendo en un momento así.

“Aunque lo hayamos conversando muchas veces, nadie está realmente preparado para perder a alguien, ni siquiera los adultos”, explica la especialista, quien recalca que es fundamental acompañar a los niños en los procesos por los que atraviesen.

“En el contexto de la pandemia por coronavirus hay muchas restricciones en cuanto a los ritos fúnebres, por lo que es difícil que los niños asistan a funerales”, comenta, y agrega que esto es un problema para ellos, pues es una forma de dar visibilidad y realidad a la muerte, más allá de las ideas.

“A través de plataformas digitales se pueden hacer ritos de despedida, mientras que algunas personas eligen poner altares con fotos o algún símbolo que los interprete”, explica. “Ellos pueden hacer dibujos, escribir cartas o recitar poemas, pero lo importante es entregarles el espacio de intimidad para que se sientan cómodos haciéndolo”.

El cuento como compañía

Cuando no somos psicólogos ni especialistas en salud mental infantil, muchas veces nos puede costar encontrar las palabras correctas para hablar con nuestros hijos sobre un tema tan delicado como la muerte.

Hay que ser directos, pero podemos resultar rudos y torpes, y muchas veces podemos no tener claridad sobre en qué punto de madurez emocional se encuentran nuestros niños. Es por esto que los libros pueden ser una buena compañía. “Es importante hablar de muerte con los niños y qué mejor que usar la literatura y el poder de las palabras para ayudarnos”, dice la educadora de párvulos y cuenta cuentos María Soledad Pino, quien advierte que esto es solo para introducirlos y hablarles del tema, y no cuando están pasando por un duelo.

“Un cuento ayuda a mediar, sensibilizar y reflexionar, además de ser un medio para dialogar entre adultos y niños”, explica María Soledad, y añade: “Este es un tema que se debe tratar desde lo natural, y desde ahí ver qué pasa con cada niño o niña”.

La especialista entrega una lista de cuentos que recomienda para hablar de muerte y duelo con nuestros niños.

Vacío - Anna Llenas

Así es - Paloma Valdivia

El Ángel del Abuelo - Jutta Bauer

El Pato y la Muerte - Wolf Erlbruch

Camino a casa - Jairo Buitrago.