Nuestras lectoras preguntan: Cómo adoptar una mascota cuando hay niños muy pequeños
LA PREGUNTA:
“Quiero adoptar una mascota, pero me da miedo porque mi hijo es muy chico, tiene un año. ¿Cómo enseñarle que sea cuidadoso a esa edad?”.
Margarita, 36 años
LA RESPUESTA:
Las familias multiespecie traen beneficios para todos los integrantes ya que se comparte una experiencia de amor y alegría. Para llegar a ese estado hay que entender que educar y mantener a un animal en casa requiere de tiempo, dedicación y cuidados. Consultamos a un etólogo y padre de dos niñas, dos perritas y una gata para que nos entregara las claves del éxito.
“La llegada de todo miembro a una familia exige cambios. Antes de tomar la decisión de elegir una mascota debemos hacernos algunas preguntas para evitar problemas o situaciones no agradables: ¿cuánto tiempo dispone la familia para el nuevo integrante? ¿Cómo son los espacios disponibles? ¿Por qué quiero tener una mascota? ¿Cuento con espacios recreativos cerca de mi hogar?”, dice el etólogo y adiestrador canino Juan José Urueña (@papaetologo).
Pequeños gestos para hacer con el niño y la mascota
Para enseñar a un niño o niña pequeños a tratar a un animal de compañía con cuidado y amor, Juan José recomienda los siguientes ejercicios:
- Junto al niño, llévale la mano a la espalda o vientre en tu mascota. “Recomiendo que solo en sea en esas zonas, pues por lo general son mejor recibidas y gustan mucho. Si tu mascota ofrece otras áreas ve de a poco”.
- No se debe permitir agarrar la cola, patas, cara u orejas, esto es molesto para nuestros animales.
- “Enséñales a tus hijos a ofréceles un snack o alimento con la mano abierta, este ejercicio siempre se hace con supervisión de un adulto, los primeros intentos se deben realizar apoyando a nuestro bebé, tomando su mano con nuestra mano y dándole tranquilidad”
¿Perros o gatos?
A la hora de adoptar un animal es bueno quitarse algunos mitos de encima. Ni los perros son más fáciles, ni los gatos más independientes. Son diferentes estilos, pero requieren del mismo tiempo y dedicación. “Los gatos son igual de amables que un perro, pero tienen otros cuidados. Los gatos son muy sociables si llegan de cachorros con los niños y los perros son más demandantes por el paseo”, comenta el etólogo.
Es natural pensar en un cachorro para un niño, pero es importante saber que “un cachorro de perro necesitas más tiempo de dedicación que un adulto, ya que pasan por diferentes procesos corporales y comportamentales, como cambio de dientes, hábitos de adolescente y por supuesto la pubertad. Estos cambios se dan entre el primer año de vida y el segundo. Los perros adultos, pueden ser una opción un poco más viable para una familia que tenga tiempo limitado por la presencia de bebés o niños en el hogar, muchas veces son más calmados y tienen rutinas más claras y semejantes a las que tiene la familia, su nivel de juego a veces no es muy alto, pero suelen ser grandes compañeros”, explica el profesional.
Agenda de estímulos al día
Las mascotas necesitan mantener actividades que los estimulen. “Nuestras mascotas necesitan más que un plato de comida, agua y un patio; requieren actividades que fomenten su ingenio y sean satisfactorias. Un exceso de monotonía en el hogar repercute en su comportamiento y en problemas de destrucción de objetos, lo que termina en una mala experiencia para la familia”, aclara Juan José.
Los adultos de la casa deben generar espacios de sociabilidad entre los bebés y la mascota, siempre bajo supervisión. “Una de las actividades más importantes para un perro y para nuestros bebés es la sociabilidad, este es un trabajo en grupo y es de menos a más. Siempre se comienza con la presentación del bebé, y estas se deben asociar de manera positiva, es recomendable usar algunos snack o premios cada vez que juntemos al bebé con la mascota para que las asocie de manera positiva a nuestro bebé”, recomienda el entrenador canino.
Ante la duda sobre qué mascota elegir y cómo introducirla en la casa siempre es bueno consultar con un especialista, así se pueden elegir personalidades acordes a los ritmos familiares y lograr una transición es fluida para el animal y también para los niños y adultos de a casa.
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