¿Cómo me relaciono con la hija adolescente de mi ex manteniendo la cercanía?

Si tu pareja tiene hijos el mejor escenario es lograr un vínculo amoroso de respeto y complicidad con ellos, sobre todo si se les ha acompañado en su crecimiento como madrastra o padrastro. Sin embargo, si la relación termina ¿cómo se puede mantener un lazo afectivo y cercano con los hijastros? Contar con el apoyo de ambos padres biológicos es la base para mantener una relación saludable y armónica.

LA PREGUNTA:

Tengo una relación muy estrecha con la hija de mi ex pareja, nos vemos mucho y ella -que la conocí cuando tenía 4 años y ya tiene 16- confía mucho en mí. ¿Cómo mantener una relación cercana, sin transformarme en su amiga? No soy su mamá, pero tampoco soy una amiga... Me encanta que tengamos tanta confianza, pero me parece que hay un rol de adultez que no se debe confundir.

Alejandra, 42 años

LA RESPUESTA:

“Las relaciones entre adultos y adolescentes o infantes, por lo general generan más preocupaciones de las que debieran por parte de los adultos. Esto en torno a las normas de ‘cómo debiesen ser’ estas relaciones. Un profesor puede ser a la vez amigo de un estudiante, y seguir manteniendo una relación de respeto. Un referente en mi vida fue una muy amiga de mi mamá, con la cual tengo hasta el día de hoy una relación muy cercana, y nunca fue un tema el hecho de la relación adulto-joven. Por otro lado, la mamá siempre va a ser la mamá, y como mamás nos alegramos de que nuestros hijos tengan más referentes positivos en su vida, mientras más referentes positivos mejor”, plantea la psicóloga infanto-juvenil y Terapeuta de estrategia breve, María Koch (mkochpsicologa@gmail.com).

Todos al tanto

“La dinámica relacional que se da entre una madre o padre y un hijo/a, o un apoderado y un niño, por sobre todas las cosas, va a estar definida por el adulto/a. Creo que lo más importante en este tema es la relación que los adultos tengan entre ellos, es decir, los papás de la adolescente junto a la ex pareja para que pueda mantener una relación cercana con su hija”, dice Koch.

Para la situación que plantea nuestra lectora es importante que la relación con esta hijastra sea conocida por sus padres. “Es bueno establecer una conversación entre la familia biológica nuclear de la adolescente y esta mujer. Lo primero es que ambos padres estén de acuerdo en que esta relación continúe, a pesar de que se haya terminado la relación, para que no sea una relación paralela o en secreto. Luego, se puede establecer cada cuánto tiempo se van a ver, si se van a llamar por teléfono o no, para así no pasar a llevar los sentimientos de la la ex pareja”, sugiere Hannah Segal, psicóloga clínica de adolescentes y adultos (hannahsegal@gmail.com).

La comunicación es clave para poder transmitir dudas, temores o incertidumbres respecto a si acercarse a los hijos de la ex pareja o no. En ese sentido, los acuerdos entre los adultos serán fundamentales para que esta relación prospere y tenga un espacio saludable de desarrollo. “Son muy importante los acuerdos que se mantengan entre los adultos. En este caso sería la mamá y el papá de esta adolescente y la ex pareja del papá que todavía es cercana a esta joven. Siempre que un adolescente mantiene una relación muy cercana con un adulto que no es parte de su familia, tiene que ser validada por los adultos responsables del menor. Que se conozcan y confíen en este otro adulto que se relaciona con su hijo”, expresa María Koch.

Claridad ante todo

Cuando una persona que ha sido parte de la familia deja de serlo por una separación, será necesario establecer los límites para que, en este caso, tanto hijastra como madrastra puedan mantener la relación. “Aquí el foco está en replantear la relación y cercanía que se va a tener con la ex pareja. Lo más valioso es mantener las cosas claras del término y cercanía que el progenitor le permitirá tener a su ex pareja con su hija, que idealmente sea de libre demanda”, recomienda la psicóloga.

“Siempre los vínculos sanos son un aporte para los niños y sobre todo para los adolescentes, que viven una etapa marcada por hartos momentos de cambios, harta confusión, temas de identidad, etc. Contar con un adulto con el cual se pueda tener una relación significativa siempre va a ser un aporte y le puede hacer muy bien al desarrollo emocional de ese adolescente. En ese sentido me parece muy bueno privilegiar esos vínculos afectivos”, complementa Hannah Segal.

Para lograr una buena comunicación, no solo se necesita hablar, es igual de importante saber escuchar. “Los adolescentes tienen mucho que decir y mucho que preguntar, necesitan sentir que tienen el espacio para hacerlo y que ese espacio sea un espacio seguro y de confianza que es fundamental cuidar. A partir de ahí, aconsejar desde la emoción, desde el cariño, la comprensión y el respeto”, finaliza la psicóloga María Koch.