PREGUNTA

“Veo que mis amigas hablan de sus temas sexuales sin problemas, pero cuando me preguntan a mí, me incomoda y suelo evadir la conversación. Me encantaría compartir con ellas mis dudas y experiencias, pero me cuesta mucho. ¿Cómo puedo naturalizar el hablar de sexualidad?”

Sofía, 40 años.

RESPUESTA

“Hay diferentes razones detrás de esta inhibición a la hora de expresarse con las amigas respecto de este tema. Algunas personas pueden ser más tímidas o más inhibidas por lo que van a intentar pasar desapercibidas o no expresar sus opiniones para no sentirse expuestas, pese a que, en lo más íntimo quisieran sentirse tan integradas como las demás incluso sabiendo que tienen cosas importantes e interesantes que decir. También puede deberse a que le cueste abordar el tema de la sexualidad porque al interior de su familia, no se habla o es un tema tabú sobre el que solo hay prejuicios y una comunicación poco fluida”, explica Selma Jashes Morgues, psicóloga certificada en EMDR.

La especialista señala que, en cualquiera de los casos anteriores, debería hablarlo solo en círculos muy pequeños y de extrema confianza o bien iniciar ese tipo de conversaciones con su terapeuta. “Quizás esto le puede dar la confianza para hacer preguntas y soltarse antes de exponerse entre sus amigas”.

Hasta hace muy poco la sexualidad era un tema tabú, sin embargo, actualmente se aborda mucho más que antes. Así lo cree la psicóloga, quien señala que “mientras por un lado se aborda desde la perspectiva del autocuidado, la evitación del embarazo adolescente, el abuso; por otro, tenemos un bombardeo de mensajes eróticos que poco contribuyen a ver la sexualidad como parte natural e integral de la vida. Poco se habla de la sexualidad desde las emociones, el autoconocimiento, la salud y la vida plena. A pesar de esto, creo que cada día las mujeres están más abiertas a conversar y compartir sus experiencias entre amigas, a explorar y hablar con más libertad sobre lo que sienten y les pasa”.

La tarea es desmitificar muchos conceptos, mitos y tabúes que han sido arrastrados por siglos con respecto a la sexualidad. “Si entendemos que, para nuestro pleno desarrollo físico y emocional, requerimos satisfacer necesidades básicas como el deseo de intimidad, de placer, de expresión emocional y de amor, nos parecerá natural hablar acerca de ello sin temores ni prejuicios”.

Por eso la terapeuta señala que es beneficioso compartir experiencias con amigas e incluso preguntar o pedir ayuda. “Justamente hablar puede ayudar a desmitificar y aclarar dudas. Por ejemplo, no olvidemos que aún muchas mujeres piensan que con la llegada de la menopausia, se termina su vida sexual. Poder hablar de lo que nos importa con una verdadera amiga, siempre ha sido uno de los grandes regalos que nos da la vida”.

Romper esquemas tradicionales

Históricamente la sexualidad de las mujeres ha sido invisibilizada y silenciada, reducida a la esfera de lo privado. Incluso actualmente no existen espacios de educación donde se naturalice el hablar de sexualidad en todas sus dimensiones. “Creo que lo difícil ha sido reivindicar la necesidad de hablar sobre sexualidad entre y para mujeres. Tenemos que permitirnos pensar y hablar de nuestros cuerpos, del placer y preguntarnos cosas. Aún es difícil exponer estos temas, incluso entre pares, porque existen muchos prejuicios hacia las mujeres que se reconocen en su sexualidad o hay una visión muy reducida de lo que puede ser la sexualidad femenina”, sostiene Isabel Belmar, psicóloga clínica.

La experta señala, además, que muchas le tienen miedo a hablar de algo que ha sido tabú muchísimo tiempo, ser juzgadas, excluidas en sus círculos sociales o reducidas a un estereotipo conservador por pensar su sexualidad. “Afortunadamente los movimientos feministas del último tiempo han comenzado a derribar estos prejuicios y posturas rígidas respecto a la sexualidad de las mujeres, dando voz a cada mujer sobre su propio ser y haciendo público aspectos de la sexualidad antes silenciados”, dice Belmar.

Sobre el tema, Dafna Dukes, psicóloga del Centro Chileno de Sexualidad, explica que muchas evitan hablar de sexualidad porque temen encontrarse con situaciones que no quieren ver, como por ejemplo, algún trauma. “Un 70% de las mujeres en nuestro país han sufrido algún tipo de abuso infantil y varias de ellas no han hecho todavía una reparación y obviamente viven su sexualidad con muchos problemas con sus parejas”.

Los temas que mayoritariamente abordan las mujeres con su círculo más cercano tienen que ver con los problemas de comunicación con la pareja, afectivos y de autoestima. Asuntos que evaden cuando se trata de abordar lo genital. “No son capaces de decir lo que les sucede en el campo del acto sexual mismo, a nivel genital, eso es muy tabú. Por ejemplo, si una mujer se masturba no le cuenta a la otra, como sí lo hacen los hombres con otros hombres”.

Hace un par de años, un estudio publicado en el International Journal of Sexual Health, aseveró que hablar de sexo con la pareja era muy importante, pero hablar con las amigas de este tema era esencial. “Este estudio reunió a unas 600 mujeres para preguntarles sobre su sexualidad en general y también sobre los temas que trataban con sus amistades. El resultado fue que aquellas que hablaban más con sus amigas solían tener mejor autoestima sexual y se sentían más seguras de proteger su salud y bienestar sexual”, cuenta Karen Uribarri, terapeuta y autora de libros como Manual de sexo a la chilena e Inteligencia sexual.

Tal como señala el informe, lo cierto es que hablar de estos temas con las amigas más cercanas es una oportunidad para abrirse a las propias experiencias, a cuestionarse lo que se creía establecido y a fijar límites. Sobre ello, Iván Echeverría, psicólogo y académico de la Universidad de las Américas sostiene que: “Las cosas se vuelven naturales cuando salen de sus estatus de prohibido. En el caso de la sexualidad humana y sobre todo la femenina, el que deje de ser tabú y transite al dominio de lo público y algo conversable, pasa por vencer la resistencia a los estereotipos y prejuicios. Poner en colectivo estas temáticas es de especial relevancia, no solo con mujeres, sino hacer partícipes de ellas a hombres también”.

Al respecto Isabel Belmar agrega que “hablar de sexualidad entre nosotras nos permite estar atentas a situaciones de violencia, pues mientras más se discute al respecto y cada mujer se conoce mejor, se va haciendo evidente cuando vivimos experiencias de transgresión”, señala la experta, quien aquí aconseja algunas estrategias para comenzar a abordarlo sin miedo.

1. Hacerse preguntas: Plantearse preguntas sobre una misma y nuestras experiencias podría abrir la posibilidad de plantearlas a otras y comenzar el diálogo.

2. Establecer límites: Si bien la sexualidad es parte fundamental de nuestra experiencia como mujeres, no necesariamente es algo que tengamos que compartir con otras. Poder pensar y expresar los límites que nos permiten hablar, elegir los espacios y los temas que nos hagan sentir cómodas y en confianza, creo son factores importantes para que hablarlo sea una experiencia grata.

3. Respetar nuestros tiempos y procesos: Hablar de las sexualidad no es algo que esté normalizado aún para todas las mujeres, puede requerir tiempo y procesos personales que varían para cada una.

4. Conocer experiencias de otras mujeres: Leer o escuchar vivencias de otras, ayuda a hablar de la propia sexualidad, además entrega la oportunidad de reconocernos en las experiencias de otras y descubrir nuevas perspectivas. Hay un sinfín de series, documentales, espacios en redes sociales y podcasts sobre sexualidad que podrían ser de utilidad para empezar.

5. Recurrir a especialistas cuando sea necesario: Si el intento por abordar nuestra sexualidad y hablar de ella se vuelve una fuente de malestar, dolor físico o psíquico, es necesario recurrir a especialistas que tengan las herramientas necesarias para su abordaje. Consultar con psicólogas, matronas o ginecólogas con perspectiva de género podría otorgar espacios seguros para hablar de sexualidad en estos casos.