LA PREGUNTA:
“Me gustaría comprarme un vibrador, nunca he usado uno, pero leí que puede hacer que el clítoris pierda sensibilidad y después cueste más lograr orgasmos ‘naturales’. ¿Es verdad?”
Adriana, 41 años
LA RESPUESTA:
“No es verdad. No se pierde sensibilidad por usar un vibrador, aunque también es importante diferenciar que no todos los vibradores son estimuladores de clítoris. Pero, incluso siendo así, no es cierto que pierde sensibilidad. Lo que sí puede pasar es que el cuerpo se acostumbre al mismo estimulo, entonces si siempre llegas al orgasmo con el juguete, tu cuerpo se va a acostumbrar a llegar al orgasmo de esa manera y no porque pierda sensibilidad, sino porque dejas de entregarle otras sensaciones placenteras, entonces comienza a reconocer solo una”, explica la sicóloga y terapeuta sexual Florencia Grebe (@sobresexo.cl).
El sexo no solo considera la penetración o estimulación de las zonas erógenas, la sexualidad también implica la exploración, creatividad, entrega, vínculo, etc. Y eso también es un proceso paulatino. Los vibradores entregan una vibración muy potente, muy rápidamente, entonces requiere menor esfuerzo mental y emocional.
“La recomendación es usar los juguetes con moderación y consciencia, entendiendo que son un complemento y no un reemplazo. Los juguetes no afectan la función orgánica, pero el cerebro se acostumbra al mismo estimulo, lo que también ocurre cuando se tienen relaciones sexuales de la misma manera, por ejemplo. Y lo otro que pasa es que la vibración que entrega el juguete es irreplicable por un cuerpo humano, ya sea por el mío o el de mi pareja, entonces si acostumbras tu cuerpo después no se estimula con nada que no sea el juguete”, explica Florencia.
¿Y si ya caíste en la rutina vibratoria?
Para tranquilidad de las que se pregunten lo mismo, siempre es posible dar un paso atrás y la forma de hacerlo es progresiva. “Si estás en pareja, una buena idea es incluir el juguete, pero como un complemento ocasional. Usarlo un rato y después dejarlo, algunas veces sí, y otras simplemente no utilizarlo. Así te puedes acostumbrar a otras sensaciones. Y si no tienes pareja, puedes comenzar bajando la intensidad, comenzar a regular la cantidad de días y disminuir su uso para explorar otras sensaciones. La conexión corporal es la clave y es algo que no debería perderse”, concluye la psicóloga.