LA PREGUNTA
No tengo una pareja estable, pero con varias parejas sexuales me ha pasado que no logro tener un orgasmo. Pienso que quizás es porque no nos conocemos bien o por los nervios de un comienzo, pero a ellos no les pasa lo mismo. La mayoría ha logrado llegar al orgasmo en la primera cita. Estuve leyendo para encontrar respuestas y me encontré con el concepto de “brecha orgásmica”, que plantea que las mujeres sentimos menos orgasmos que los hombres ¿Es real?
Francisca Parada, 29 años.
LA RESPUESTA
En 2017 se realizó un estudio en diferentes universidades norteamericanas -cuyos resultados se publicaron en Archives of Sexual Behavior-, que buscaba determinar diferencias en la frecuencia del orgasmo entre hombres y mujeres. La principal conclusión, y que dio paso al término brecha orgásmica, fue que las mujeres heterosexuales son el grupo que menos orgasmos consigue, ya que solo un 65% de las veces que mantienen relaciones sexuales llegan al clímax. En el primer puesto están los hombres heterosexuales con un porcentaje de orgasmos del 95% al que le siguen los gays (89%), los varones bisexuales (88%), las lesbianas (86%) y las mujeres bisexuales (66%).
Al leer las cifras, lo primero que surge es la curiosidad de por qué ellos, con sus diferentes orientaciones sexuales, ocupan los primeros puestos de este ranking. “Esta es una investigación súper conocida para quienes trabajamos en sexualidad, que tomó una población grande de Estados Unidos y que indagó en las razones de esta brecha y particularmente en lo que pasa con las mujeres y su placer”, cuenta la sexóloga Valeria Rosales. Dice también que el mismo documento planteaba que esta brecha no existe por una razón biológica ni tampoco plantea que debería ser así siempre. “De hecho, fue publicado a comienzos de 2018, pero los últimos dos o tres años ha habido una mayor tendencia a hablar del placer femenino. Creo que eso puede modificar esas cifras, porque la mujer se ha dado cuenta de que puede exigir más cosas en la cama y buscar su placer”, agrega.
Aun así, cree que dicha brecha sigue existiendo y la principal razón es un tema sociocultural. “En general a las personas nos falta educación sexual y por eso los hombres se informan (o desinforman) mayoritariamente a través del porno, en donde sí se enseña cómo un hombre puede llegar al orgasmo rápidamente. Pero en el caso de las mujeres no, todo lo contrario. Todo lo que se aprende ahí está muy lejano del verdadero placer femenino y de lo que necesitamos nosotras para exitarnos” dice. Lo mismo que piensa la psicóloga y terapeuta sexual, Laura Leal: “Esta brecha es real. Quizás ha disminuido porque hay un poco más de educación sexual con enfoque de género y porque las mujeres están aprendiendo a priorizar su goce, pero la brecha orgásmica sigue siendo una realidad”, dice.
Y no se trata de culpar a los hombres, porque cada persona es responsable de su propio placer, pero sí hay factores culturales. Por décadas la sexualidad y el placer femenino han sido un tema tabú, en ese sentido el desconocimiento del propio cuerpo se ha transformado en el mayor enemigo del orgasmo para las mujeres. “Mientras la cultura concibe la sexualidad femenina como un tabú, no lo hable o lo censure, es difícil que las mujeres exploren su sexualidad abiertamente. Porque podríamos decir que no se han preocupado de conocer su cuerpo y de saber lo que les genera placer, pero si están inmersas en una cultura restrictiva, es difícil que prueben cosas nuevas y se atrevan a explorar y conocer su cuerpo”, aclara Valeria.
Laura dice que “influye mucho en esto la cosificación del cuerpo de las mujeres como objetos de deseo del hombre. Esto nos ha quitado el poder de ser sujetas deseantes y, por sobre todo, de disfrutar de nuestra sexualidad por estar más pendientes de complacer al otro. Esto es algo cultural, porque biológicamente todos y todas tenemos las mismas capacidades orgásmicas”.
Coitocentrismo, enemigo del placer femenino
El concebir la relación sexual única y exclusivamente como la penetración es también un modelo corto, limitado y que no satisface a todas. “No es que a nivel de la penetración no haya placer, el problema es que se dejan de lado todas las otras zonas erógenas que tenemos en el cuerpo. Hay un desconocimiento bastante grande en general en las parejas sobre otras maneras de generar placer y las mujeres heterosexuales son las que se ven más perjudicadas con esto, porque repiten en el sexo patrones sociales de género que las llevan a ser más sumisas o dependientes, y por eso tienden a acatar lo que la pareja quiere y no expresar su deseo”, explica Valeria. “El coito debería ser visto como lo que es, una práctica sexual más, no así la más importante. Muy pocas mujeres alcanzan el orgasmo por medio del coito, pero si se conocen y le dan un lugar a su placer, esto es posible”, agrega Laura.
Ambas coinciden en que la ausencia de la masturbación femenina, que por mucho tiempo fue un tema prohibido para nosotras, ha afectado nuestro placer y la manera en que vivimos nuestra sexualidad. “Si no nos masturbamos nos saltamos una etapa muy importante, que es el autoconocimiento. Las mujeres que se conocen saben lo que les gusta y saben cómo tener orgasmos, no lo dejan en manos de otro. La masturbación te hace consciente de que el orgasmo es tu responsabilidad”, aclara Laura y explica que si no nos conocemos, nos convertimos en personas pasivas en nuestra sexualidad y eso dificulta que el placer orgásmico se presente.
Agrega que lo que pueden tener en común las mujeres que aún no tienen orgasmos, además de la falta de autoconocimiento, es el rechazo a su propio cuerpo y por sobre todo vivencias de violencia sexual que el cuerpo guarda como memorias. Por eso la comunicación es clave. “En las parejas la falta de comunicación sexual es el gran problema. Cuando logran hablar de sus deseos y miedos las cosas cambian favorablemente. Y no solo las mujeres, porque si bien los hombres llegan más fácilmente al orgasmo porque el porno les muestra cómo llegar rápidamente y porque ellos conocen su cuerpo a través de la masturbación que es un tema validado socialmente para ellos desde edades tempranas, eso no significa que no puedan mejorar su sexualidad si conversan más con sus parejas”, afirma Valeria.
Y Laura concluye: “La brecha orgásmica es una más de las brechas entre género, las mujeres en nuestro rol de subordinadas aún estamos en casi todo a varios puntos por debajo y aquí entra el placer, el poco o escaso tiempo y oportunidades al disfrute de la vida. Lo sexual es sólo un área más en donde el hombre tiene el permiso que nosotras estamos luchando por recuperar”.