LA PREGUNTA:
Quise probar algo distinto y le propuse a mi pareja que viéramos porno juntos y me mandó a la punta del cerro. Me encontró desubicada y le molestó la idea. Yo me sentí pésimo, avergonzada y se me quitaron todas las ganas de volver a proponer algo así. Nuestra vida sexual es buena, me siento satisfecha, pero igual esto me insegurizó y no sé bien cómo abordarlo porque no volvimos a hablar de eso. Han pasado varias semanas ya y aunque no es relevante para mí concretar la idea, porque fue algo que se me ocurrió no más, no es una fantasía ni nada que realmente quiera hacer, sí me gustaría entender qué le desagradó o si quizás es un espacio que le gusta en soledad o no sé. Pero me cohibí y no sé cómo plantear o retomar ese tema. Lo peor de esto han sido los rollos infinitos que me he pasado y ahora que el tema se “pasó” me gustaría tocarlo para que no nos vuelva a pasar algo así.
Camila, 36 años
LA RESPUESTA:
“En primer lugar me parece muy importante valorar lo que hace ella de plantear algo que los saque de la zona de confort, algo que les permita experimentar y descubrir algo nuevo. Creo que eso siempre es valioso en el desarrollo de una vida sexual plena y satisfactoria. Y en esa línea, el porno puede ser un recurso muy entretenido para explorar, para excitarse juntos, obtener ideas, etc.”, plantea la psicóloga y terapeuta sexual y de parejas, Florencia Grebe (@sobresexo.cl).
No hay obligación de explorarlo todo
Salir de la zona de confort representa aprendizajes, nuevas experiencias y también asumir un riesgo, pues no todo resulta como uno quisiera o imaginó. “Es válido que no todos estén dispuestos a explorar de todo, así que también se puede entender desde ese punto la respuesta de él. A veces para proponer algo nuevo es muy importante el momento y la forma en la que esto se hace. Para abrir este tipo de conversaciones es importante estar relajados, sentirse ambos en confianza de expresar su intimidad y fantasías, y en ese ánimo estar dispuesto a que podemos escuchar algo que no necesariamente nos acomode”, indica Grebe.
De ahí que la confianza y altura de miras es muy importante, pues permitirá recibir la opinión o sentir de otro sin tomarlo como un ataque personal. “Cuando hablamos de fantasías, hablamos de nuestros deseos de explorar, por eso necesitamos estar en confianza para poder decir lo que nos gusta y lo que no”, aclara la psicóloga.
Aunque cuesta, darse el tiempo y espacio para hablar del tema
Aunque cueste, evadir un tema nunca será la solución, por más incómodo que sea. “Para hablar de un tema que nos puede incomodar nos tenemos que hacer el tiempo y el espacio, es la única manera de enfrentarlo. En el caso de la lectora, poder ser honesta respecto a cómo se sintió con la reacción de su pareja y lo que ella esperaba al proponer esa idea, y desde ahí ir re-abriendo el tema de conversación. Es importante que ella pueda expresar lo que sintió para que él entienda y así cuando vuelvan a hablar algo así pueda tener una mejor reacción”, concluye Florencia.