LA PREGUNTA

Todos los años, llegado octubre, me prometo a mí misma que no pasará ese mes sin que me haga mis exámenes ginecológicos. Pero pocas veces me cumplo, como en muchas otras áreas. Entre la pega, los niños, la casa y mis papás que están enfermos y requieren de mis cuidados, se me pasan las horas, los días y los meses. Así, reconozco que el último PAP que me hice debe haber sido en el 2018 o 2019 –no lo recuerdo muy bien– y la mamografía, para qué decir, esa no la hago hace por lo menos unos cinco años.

No cuento esto con orgullo, todo lo contrario. Me avergüenza y me culpo por descuidarme tanto, sobre todo porque hace poco me enteré del cáncer de una compañera de colegio a la que no veía hace tiempo. En su caso llegaron tarde, y cada vez que sé de una historia como ésta, me siento mal por no darme el espacio de autocuidado, por no cumplir con mis chequeos anuales. Sin embargo, a pesar de la culpa y la vergüenza, otra vez caigo en el círculo vicioso de la rutina, y se me pasan los meses sin pedir una hora.

Y ahora en pandemia ha sido peor, porque una vez que me di el tiempo de agendar todas las horas, me dieron para tres meses más. ¿Qué se yo si en tres meses más, a las 4:00 voy a estar disponible para ir? Difícil saberlo”.

Catalina, 49 años.

LA RESPUESTA

Si una mujer tenía sus controles adecuados, en forma rigurosa los últimos años previo a la pandemia, la verdad es que postergar un año no tendría por qué ser algo tan problemático. Pero si hubiera dejado de controlarse los últimos tres años, ahí podría ser más peligroso dependiendo de la edad de la mujer. En el caso del cáncer del cuello del útero o cáncer de mamas, podríamos estar perdiendo una ventana de un diagnóstico precoz”, explica Roberto Altamirano, ginecólogo oncólogo de Clínica Dávila y parte de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología. Dice además que detectar a tiempo es sumamente importante. “Tanto en el cáncer del cuello del útero y también en el de mamas, puedes hacer diagnósticos en etapas pre cancerosas, y eso muchas veces va a permitir hacer un tratamiento casi ciento por ciento curativo. “Pero si una mujer deja pasar mucho tiempo sin controlarse, nos podemos encontrar con un cáncer en etapas más avanzadas en las que el tratamiento no va a ser curativo o puede serlo, pero con un menor porcentaje de efectividad”, agrega.

Las guías internacionales y las del ministerio de Salud en Chile, dicen que el PAP se debe hacer cada tres años a partir de los 25 años. En el caso del cáncer del cuello del útero, en los últimos años se ha comenzado a implementar otro examen, un PCR –como el que se usa para detectar el Coronavirus– para detectar el Virus del Papiloma Humano (VPH), que es mucho más sensible porque permite detectar de mejor manera si es necesario que una mujer se controle con mayor frecuencia. Si ese test sale negativo, una mujer puede controlarse incluso cada cinco años. En el caso del cáncer de mamas, el doctor explica que durante la década de los 40 años, una mujer debiera hacer al menos unas tres mamografías. Después de los 50 años se debería hacer de forma anual, a no ser que exista alguna familiar directa con antecedentes de cáncer de mamas –mamá, tía o hermana–, en esos casos el control se comienza previamente.

La recomendación actual, es que si las mujeres dejaron de hacer sus controles, comiencen a agendarlos. “Esto ha comenzado a funcionar de manera fluida tanto en el sistema público como el privado, con el objetivo de mantener los aforos”, cuenta el especialista. Y dice que es relevante porque, no solo en Chile, sino que cifras de Estados Unidos y Europa, describen que más de un 65% de las personas han dejado sus controles oncológicos y preventivos a causa de la pandemia. De hecho, en contexto de pandemia en el país, se han pospuesto en el sector privado cerca de un 25% de los PAP y un 40% las mamografías, y debido a este escenario, lamentablemente se estima que hoy en nuestro país hay cerca de 2.200 mujeres con lesiones pre-invasoras de cuello uterino sin ser pesquisadas y sin tratamiento oportuno.

A partir de este escenario, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Ministerio de Salud de Chile (Minsal) lanzaron la campaña “Tu Vida Importa, Hazte el PAP”. La iniciativa –que además cuenta con el apoyo de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología y el Colegio de Matronas y Matrones de Chile– tiene como objetivo motivar a que las mujeres se tomen su PAP y detecten a tiempo el cáncer cervicouterino. Va dirigida a mujeres entre 25 y 64 años y partirá en las comunas que presentaron una mayor baja en la toma del PAP, que son: Calama, Quinta Normal, Talcahuano, Temuco y Valdivia.